Fertilidad: los 40 no son los nuevos 30

Moisés Moreira Pacheco GINECÓLOGO ESPECIALISTA EN REPRODUCCIÓN ASISTIDA

OPINIÓN

RALF+HIRSCHBERGER

14 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

¡Nunca me dijeron nada! ¿Entonces qué posibilidades tengo? ¡Siempre me dijeron que estaba todo bien!» Estas afirmaciones y preocupaciones en relación a la edad son continuas en las consultas de reproducción asistida e indican una falta de información importante en las mujeres y parejas que superan los 40 años y que acuden a los centros de fertilidad. Cuando se les explica su situación real, el impacto emocional que sufren es devastador. Por ello es fundamental realizar una tarea de información desde los niveles más básicos de la sanidad. La edad materna es determinante a la hora de conseguir un embarazo. Este mensaje debemos transmitirlo desde las consultas de atención primaria, de ginecología general y, por supuesto, desde la consulta de fertilidad, con información veraz y sin crear falsas expectativas.

Las mujeres nacen con una reserva ovárica predeterminada que va disminuyendo a lo largo de su vida. El número de óvulos es limitado en cantidad y empeora en calidad con el paso de los años. Desde la primera menstruación se calcula que se desarrollan de manera natural alrededor de 500 óvulos en toda la vida fértil de la mujer. Pero no todos tendrán capacidad de dar lugar a un embarazo que culmine con un bebé sano.

La fertilidad de la mujer va disminuyendo de manera silenciosa a partir de los 35 años; por encima de los 40 años, la posibilidad de lograr un embarazo es solo del 5 % mensual (y con elevadas probabilidades de aborto por la alteración genética de los óvulos asociado a la edad), y por encima de los 45 años las posibilidades son ínfimas.

La edad media de las mujeres que buscan un embarazo ha aumentado progresivamente desde los años 70. Los cambios sociales, la incorporación de la mujer al mercado laboral, las diferentes crisis económicas y ahora la pandemia han hecho que «nunca es buen momento». Pues el momento es ahora.

Es necesario transmitir la importancia de estudiar la fertilidad de las parejas, y de la mujer en particular, desde el momento en que se presente alguna dificultad. Más de 6 meses intentando conseguir un embarazo con una edad superior a los 35 años es motivo para hacerlo. Las técnicas de reproducción asistida consiguen ayudar a un elevado número de mujeres, pero a algunas les será imposible. Por ello, debemos trabajar todos juntos en los diferentes escalones sanitarios para conseguir que las preguntas del inicio sean cada vez menos frecuentes.

Con pruebas simples y rápidas como una ecografía y una determinación analítica de la hormona antimulleriana (AMH) tenemos una imagen de la reserva ovárica de la mujer en relación a la cantidad de óvulos; pero la calidad la tenemos con solo preguntar la edad. Cantidad y calidad disminuyen con la edad. Con 40 años «no está todo bien», y la posibilidad de un embarazo se aleja cada mes que pasa. No dejéis pasar el tren de la fertilidad.