Rajoy, un hombre feliz

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

FERNANDO VILLAR | Efe

15 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Una de las condiciones primordiales para vivir acomodado en la felicidad es ignorar lo que ocurre alrededor. Ya lo dice el refrán, ojos que no ven, corazón que no siente. Y hace años que detectamos que Mariano Rajoy es un hombre feliz porque, en gran medida, desconoce lo que se teje y maneja en su entorno. Lo ha vuelto a manifestar.

La comparecencia ante la comisión Kitchen, que investiga las intrigas del Ministerio de Interior, y de forma especial del exministro Fernández Díaz, para destruir pruebas del amigo Luis contra el partido, resultó cuando menos sonrojante. Por ser benévolo. Por parte de todos. Pero como resulta inasumible que un expresidente mienta en sede parlamentaria, hay que pensar que se evadió de la realidad. Desconoce la existencia de la trama, al igual que hubiese existido una caja B en el partido que lideraba, pese a las tres sentencias que la dan por acreditada. Una del Supremo y dos de la Audiencia Nacional.

Después de nueve meses de declaraciones y comparecencias de investigados, imputados, víctimas y responsables políticos, el expresidente le puso la guinda a una comisión que solo deja claro un extremo que no formaba parte del objetivo de sus señorías. Que Mariano Rajoy fue siempre un hombre feliz. Y que gran parte de esa felicidad la basa en desconocer todo cuanto puede afectar a su bienestar. Es como si cerrase ojos, taponase oídos y se despreocupase de las cuestiones más enojosas e incómodas aunque ocurran en el despacho de al lado. Llegó a decir que ni se preocupó cuando comenzaron a salir a la luz los papeles de Luis Bárcenas, pese a que por entonces le enviaba mensajes para que fuese fuerte.

Decía el banquero, matemático y astrónomo inglés? John Lubbock que la felicidad es algo que se ensaya, igual que el violín. Y Rajoy la ha practicado a lo largo de su vida política, porque en el balance final vemos cómo obvió innumerables asuntos, la mayoría de su responsabilidad. Pero Rajoy es así. Por no enterarse, no se enteró ni de que fue presidente del Gobierno durante siete años. Lo dijo él mismo. Cuando el incorrecto Rufián le preguntó «¿ha sido usted presidente, señor Rajoy?». «Pues no lo sé», respondió. Ahí está el éxito de su felicidad.