Superar el duelo por la amistad rota (y tóxica)

pilar conde PSICÓLOGA Y DIRECTORA TÉCNICA DE CLÍNICAS ORIGEN

OPINIÓN

KOPA

27 dic 2021 . Actualizado a las 09:03 h.

Sí, cuando se pierde una amistad de esas que denominamos de toda la vida se inicia un período de duelo en el que nos enfrentamos a la pérdida de esa persona con la que hemos compartido tanto. Este proceso, desconocido por la mayoría de las personas, consiste en atravesar un tiempo de tristeza, que se puede combinar con ansiedad, irritabilidad e incertidumbre. 

No en vano, desaparece de nuestro día a día una figura importante emocionalmente y, con ella, ciertos modos y rutinas de vida. A veces, el proceso es tan doloroso que se precisa de la ayuda de un psicólogo, al igual que sucede en las rupturas de pareja.

El duelo por el amigo perdido, ese con el que hemos compartido vivencias y experiencias y, sobre todo, momentos felices, se puede pasar aunque haya sido uno mismo el que haya decidido poner fin a la amistad.

Esto sucede cuando la relación entra una fase tóxica, de dependencia, en la que la dinámica se ha viciado: estás más preocupado por lo que piense tu amigo que por lo que tú mismo piensas, sientes que tienes una obligación hacia él, a veces te exige comportarte según sus deseos y resulta muy crítico con tus otras amistades.

Es posible que esto te suceda con alguien con quien tengas una relación muy estrecha y que no aciertes a valorar si la vuestra es o no una amistad tóxica. Lo mejor en estos casos es solicitar una opinión externa y prepararse para escuchar las opiniones ajenas sin ofenderse. Las miradas ajenas y no interesadas pueden ser muy clarificadoras en este tipo de situaciones.

También puede ocurrir que estemos convencidos de que esta amistad ya no nos aporta nada más que malestar y que queramos romperla. ¿Cómo proceder? Lo mejor es hacerlo desde un punto de vista asertivo, explicando cómo te sientes, por qué necesitas un cambio y en qué consiste ese cambio.

En este punto, y a la hora de tener que superar ese duelo por el amigo perdido, dependerá mucho de cómo sea su reacción, de si nos deja irnos sin aspavientos, sin críticas ni reproches.

Aunque suene duro, se trata de un proceso que finalmente nos conducirá al bienestar y nos abrirá una nueva vía de oportunidades.

Quizá el término del año, un tiempo simbólico de cambio, sea una buen momento para acometer esta tarea. Se cierra un ciclo y se abre otro en el que queremos mejorar y puede suceder que personas y situaciones que tenemos muy arraigadas sean un obstáculo para ello. La amistad, cuando no cumple el espíritu con el que se inició, el de aportarnos cosas positivas los unos a los otros, es una piedra que hay que alejar de nuestro camino.

Y lo mismo debes pensar si eres tú a quien tu mejor amigo abandona. Debes dejar ir sin poner obstáculos y tratar, aunque cueste, de agradecer todo lo positivo que os habéis dado. Se inicia así un nuevo tiempo en el que se abrirán para ti nuevas experiencias.