«Todos los barcos tienen unas puertas que cierran la popa para evitar grandes entradas de agua»
OPINIÓN
Mala mar y otras cuestiones
Sigo leyendo informaciones inexactas sobre las causas del naufragio del Villa de Pitanxo. Mi experiencia en ese caladero ha sido de las peores de mi vida, como capitán experimentado, sin que difiera en mucho de otras malas situaciones vividas. Confirmo que Terranova es un lugar difícil y que la pesca allí es siempre una labor de riesgo, como casi todo lo es a bordo de un buque de pesca. El riesgo cero no existe, y solamente la precaución, la experiencia y el buen hacer de sus mandos, junto con las condiciones del buque, hacen posible el pescar de modo seguro. Ahora, debo aclarar que el barco es una herramienta pensada y diseñada para trabajar en todas las circunstancias posibles y, cuando no se pueda, convertirse en el único elemento de seguridad de nuestras vidas. Todo dependerá de cómo se maneje. A veces, las presiones y afán de trabajo hacen tomar decisiones equivocadas, que pueden poner en peligro la seguridad de todo y de todos. Este es el dilema diario y constante del patrón en ese caladero: largar la red asumiendo riesgos o esperar y capear a la espera. Sin faenar no se gana y los días pasan... Cada uno debe decidir.
Sobre la maniobra, aclarar que vibrando, es decir, cobrando el cable y la red, todos los barcos tienen unas puertas que cierran la popa para evitar grandes entradas de agua y proteger a la tripulación en cubierta. Se llaman rompeolas y no se abren hasta el final, cuando llega la red. Las compuertas del pantano, que son herméticas, solamente se abrirán al enviar el pescado a la factoría, y cuando el buque está libre de dar avante y ponerse en las mejores condiciones. Todo lo que hiciese posible la entrada de agua en el interior del barco y/o a la sala de máquinas, para inutilizar el buque y dejarlo indefenso, se deberá a errores, fallos humanos o averías circunstanciales y fatídicas. La presunción de profesionalidad del mando y las condiciones favorables del buque se darán por sentadas.
Solo nos queda esperar y saber la opinión de los que allí estuvieron y tuvieron la suerte de regresar para poder contarlo. Por desgracia para la sufrida familia de la gente del mar, esta no será la última de nuestras tragedias, y lo dice quien lo sufrió y lo sabe. Juan Carlos González Fernández. Vigo.
Unha area no zoco
As estratexias do señor Casado e as súas intervencións no Congreso dos Deputados, aplaudido polos que agora lle cravaron o coitelo no lombo, como xefe da oposición, non foron as máis axeitadas e oportunas, tendo en conta que a pandemia nos levou a una situación difícil de xestionar. Sobráronlle insultos, descualificacións e moita demagoxia. En vez de arrimar o ombro en casos de extrema gravidade, ocupoulle máis non recoñecer ao Goberno de coalición.
Mais non contaba, en que se lle ía meter unha area no zoco. Cada pisada que daba doíalle e molestáballe. Para quitala, non se lle antollou mellor idea que insinuar que a maldita area podía estar relacionada con prácticas pouco éticas á ora de adxudicar contratos a familiares. Saíulle caro. O final do conto xa o saben vostedes. Non hai peor cuña, que a da propia madeira. Manuel Piñón Pérez. Ferrol.
Galicia profunda
Leo con satisfacción que la número 1 del examen MIR 2022 es estudiante de Medicina de la Universidad de Santiago, donde fue representante de estudiantes de su facultad durante el año 2018. Además, según cuentan medios locales, es un «prodigio» al piano, y que en su pueblo, Lalín (Pontevedra), perteneció a su banda musical. Y pienso: Galicia profunda, ni tan mal... M. Cousido.
Pandemia educativa
Desconozco lo que ocurre en el resto de comunidades, pero en Galicia la situación este año ha sido lamentable en lo referente a la sustitución de bajas del profesorado. Sí, también los docentes se ponen enfermos.
La respuesta de la Consellería de Educación ha sido, salvo en el pico de ómicron, no cubrir sistemáticamente las bajas de una duración inferior a diez días. ¿Qué supone esto? Centros sobrecargados de trabajo, con profesores sustituyendo en las horas en las que habitualmente preparan material o se toman un respiro. Y lo que es peor, alumnado que recibe en su aula a cinco profesoras diferentes a lo largo del día, profesoras que lo harán lo mejor que puedan, pero que no conocen las peculiaridades de cada pequeño, su diversidad funcional o sus necesidades específicas de apoyo educativo. Es una pena que las familias, que son las que al final con su presión consiguen resultados, apenas tengan conocimiento de esta situación, porque a buen seguro la película sería diferente.
Así pues, ahorren dinero en otras cosas, sáquenlo de donde sea, pero no escatimen en educación, que el futuro de nuestros hijos e hijas está en juego. Carlos Blanco.