Manifiesto Russell-Einstein

Jorge Mira Pérez
jorge mira EL MIRADOR DE LA CIENCIA

OPINIÓN

27 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Después del ataque nuclear sobre Japón en 1945, el mundo pensó que la bomba atómica era solo una bomba más fuerte. Pero un grupo de científicos e intelectuales se dio cuenta del cambio cualitativo: la perspectiva de la raza humana se había oscurecido más allá de cualquier precedente, porque por primera vez en la historia había alcanzado la posibilidad de autoexterminarse. Para avisar de este peligro, en 1955 el filósofo y premio nobel de literatura Bertrand Russell redactó un histórico manifiesto, con el aval de Albert Einstein y apoyado por otros nueve eminentes científicos. Confiaban en que, entendido el peligro, surgiese un pensamiento que nos pudiese llevar a evitarlo colectivamente. El lema era Recordemos nuestra humanidad, olvidemos el resto. Si podemos hacerlo, se abre el camino a un nuevo paraíso; si no podemos hacerlo, estaremos ante el riesgo de la muerte universal. El manifiesto fue efectivo, porque hoy todos tenemos claro el riesgo. Pero el problema es que, como también dijo Einstein, la estupidez humana es infinita y hay personas capaces de hundir el barco aunque ellas se hundan con él. Sería bueno que todos lo leyesen. Tomando como referencia la explosión de un kilo de dinamita (una detonación terrible), la bomba de Hiroshima equivalió a 15 millones de kilos de dinamita. Pero es que la energía liberada por esa bomba (de fisión nuclear) es apenas un 1 % de la de las cabezas nucleares actuales, basadas en fusión nuclear. Estas llevan dentro una bomba de fisión, que funciona como simple mechero de la etapa de fusión.