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Vladimir Putin, muy familiarizado con las tesis de Lenin y Stalin que mamó desde la infancia, ha hecho lo que había anunciado: apoderarse de Ucrania. Y todo ello sin que las amenazas de Occidente hayan conseguido frenarlo. Los esfuerzos de los magnos líderes de EE.UU. (Joe Biden), Francia (Emmanuel Macron) y Gran Bretaña (Boris Johnson) se han quedado en estériles intentos de frenar lo ya imparable.
En realidad, la pregunta que Occidente no se había hecho es: ¿por qué Putin no iba a entrar en Ucrania si ese era el único objetivo que estaba a su alcance, justamente porque era una nación que no pertenecía a la OTAN, es decir, algo así como un Estado desamparado? Putin tenía claro este objetivo, pero la Unión Europea estaba a lo suyo, con varios de sus líderes convencidos de que el dirigente ruso no osaría dar ese paso.
Y, entre tanto, ¿qué hacía China? Esperar y ver. Porque era casi seguro que Putin ya se había asegurado de que los dirigentes chinos no viesen con malos ojos su cornada a Occidente. De modo que Ucrania estaba sola, y la OTAN, aherrojada a sus límites fronterizos, miraba para otro lado. Mientras el presidente Joe Biden, sin mover un dedo, se preparaba para denunciar una violación flagrante del derecho internacional.
El mismo Joe Biden que, inmediatamente, amenazó a Rusia con limitar su capacidad económica para hacer negocios, dañando así su capacidad para competir. El presidente de Estados Unidos se ha manifestado seguro de que Putin acabará siendo «un paria internacional», porque los miembros de la OTAN «vamos a debilitar su país». Al cabo, ¿qué es Rusia? ¿Un país con armas atómicas, que tiene el mismo PIB que Italia? ¿Logró Biden convencer a los periodistas que insistían en hacerle preguntas al respecto? No. Porque el camino ha de hacerse al andar y, entre tanto, Ucrania está sola. Y, una vez que sea un «espacio sometido», ¿qué hará la OTAN para desandar ese camino? Ni Joe Biden ni ningún otro líder occidental ha ofrecido una respuesta creíble y esperanzadora. El triste destino de Ucrania parece sellado a sangre y fuego, porque la ofensiva de Rusia sigue y, como era de esperar, China ya ha declarado que comprende su actuación Del resto, hablaremos en el futuro.