Estamos amenazados por los que se creen dioses

Cartas al director
Cartas al director CARTAS AL DIRECTOR

OPINIÓN

DPA vía Europa Press

27 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En otro planeta 

Alguien decidió que a los misiles no les baste su labor destructora sino que además pueden ser gigantescos como el de Corea del Norte, que hasta tiene nombre propio, Hwasong-17. Al parecer puede alcanzar casi cualquier lugar de la tierra. Y al este de Europa arrasa el todopoderoso Putin con su gran ejército. Más abajo está China, con su Xi Jimping al frente, también gigante. Y algunos otros repartidos por el mundo, más pequeños pero no por ello con mejores intenciones. Es decir, que estamos seriamente amenazados por unos seres que se hacen venerar como dioses por la población de sus respectivos países, siempre bajo el imperio del miedo. Y no están locos, no. Son individuos con poder absoluto y armas, muchas y letales, esta vez sí, de destrucción masiva. Países gobernados por personajes que anulan la libertad de pensamiento de la población hasta situarla al servicio de los intereses más irracionales y delirantes que podamos imaginar. El poder desmesurado genera monstruos. Llegados a este punto solo es una forma de ver la actualidad. La otra forma consiste el dejarnos llevar por una frivolidad absoluta, tapando los ojos a todo aquello que nos resulte negativo: la pandemia, la guerra, la brutal subida de los precios, el hartazgo... Y negando la realidad emprendamos la tarea de imaginar que otro mundo es posible. En otro planeta. M. J. Vilasuso. As pontes.

 A quenda da cidadanía

Día a día quedan sepultadas baixo a realidade das subidas do prezo da luz e dos combustibles ou pola inflación que non cesa, o que conduce a que a vida sexa menos gratificante e desemboque nun clima de malestar xeneralizado. O conflito bélico provocado pola invasión de Ucraína modifica notoriamente o escenario mundial ata o punto que ninguén cuestiona xa que esa guerra representa a punta quente dun iceberg cuxa transcendencia é cada vez maior. Cando se fala do emprego de armas químicas e biolóxicas, ou cando a OTAN asume xa que o risco dunha conflagración nuclear é real, enumerando tales feitos como os pasos previos dunha hipotética terceira guerra mundial, estase a expresar con aterradora precisión o que nos agarda. Que se fai cando se chega a este punto? Asistimos nos últimos tempos a importantes mobilizacións articuladas sobre reivindicacións relacionadas coa suba da luz, dos combustibles e de produtos básicos en calquera economía doméstica protagonizadas por organizacións con capacidade para exercer unha forte presión en todos os ámbitos da vida pública. O Goberno non parece capaz de mudar os problemas serios que afectan á calidade de vida dos cidadáns. Pedro Sánchez foi perdendo capacidade para sintonizar coas preocupacións dos cidadáns, moitos dos cales vense sometidos a grandes privacións e contemplan a diario como a soga da escalada dos prezos convérteos cada vez en máis pobres. Mentres, as grandes eléctricas seguen a operar cun gran poder empregando o diñeiro dos cidadáns para gañar elas diñeiro en cantidades obscenas. Pode que a única saída sexa converter ese desencanto cidadá en mobilizacións cívicas, que sirvan para escenificar a indignación. Porque como explicaba Einstein, «la vida es muy peligrosa, no solo por las personas que hacen el mal, sino, y sobre todo, por los que se sientan a ver lo que pasa». Ricardo Vales. A Coruña.