Todos somos clase media

Pedro Armas
Pedro Armas PROFESOR DE LA UDC

OPINIÓN

PACO RODRÍGUEZ

28 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Para unos la transformación de la clase obrera en clase media es el principio del fin del socialismo. Para otros la socialdemocracia tiene garantizada la supervivencia gracias a una reconversión ideológica acorde con esa clase mayoritaria. Algunos advierten que, por la deriva liberal de la socialdemocracia, la clase obrera ha empeorado tanto sus condiciones de vida que parte de ella ha pasado a apoyar al populismo de ultraderecha. Muchos ya no usan términos como clase obrera o baja, por sus connotaciones peyorativas.

Según las encuestas oficiales, los españoles nos consideramos cada vez más de clase media. Podría pensarse que, si hay más clase media, hay más españoles de centro y hay más moderación política; sin embargo, falta moderación y sobra polarización, lo cual no quiere decir que no deban afrontarse cambios radicales, pues no siempre basta con el reformismo módico. Ahora bien, una cosa es querer ser de clase media y otra distinta serlo.

Hace un par de décadas el 50 % de los españoles se consideraban de clase obrera. Hoy el 50 % se consideran de clase media y solo un 15 % de clase obrera, mejor dicho, de clase trabajadora. La mayoría se considera de clase media-media, con aspiraciones de clase media-alta. El operario industrial de mono azul ha dado paso al empleado del sector terciario, contratado por cuenta ajena o trabajador autónomo que se siente empresario, o sea, en fase de desclasamiento. En los servicios apenas hay conciencia de proletariado, si acaso de precariado, debido a la brecha salarial entre unos y otros, otros y unas. La conciencia de clase se ha difuminado aún más en tiempo de catástrofes. Impactados por la pandemia y la guerra, no nos preocupa pertenecer a una clase u otra, sino estar sanos, poder pagar el recibo de la luz o llenar el depósito del coche de alta gama que compramos cuando nos creímos de una clase superior.

Los políticos han conseguido que asumamos que todos somos clase media, pero no tenemos por qué asumir a tanto político mediocre.