Transfuguismo na Coruña
O revés sofrido polo Goberno municipal de Inés Rey (A Coruña) no caso da concelleira Mónica Martínez, que unha sentencia xudicial acaba de certificar como transfuguismo, é todo un síntoma do que se lle vén enriba ao PSOE coruñés, ao tempo que supón unha das causas de desencanto democrático de moitos cidadáns porque cuestiona a honestidade dunha parte da clase política, induce ao abstencionismo e fomenta a inhibición de moitos electores. Como se lembrará, Mónica Martínez acadou o seu escano encabezando a lista de Ciudadanos nas pasadas eleccións municipais, incorporándose á maioría do Goberno municipal que ostenta o PSOE de xeito precario. Con anterioridade, saltaran xa as faíscas no seo do Executivo co abandono de Juan Díaz Villoslada, responsable da área de Urbanismo e de Mobilidade, e de Eva Martínez Acón, á sazón, responsable local da agrupación socialista. O grupo municipal socialista depende de pactos con outros grupos municipais para sacar adiante os asuntos máis importantes como foi a recente aprobación dos orzamentos. A Marea Atlántica, que dende o principio vive un matrimonio de odios e amores co PSOE, denunciando o caso de transfuguismo, parece a fórmula escollida para rematar a actual lexislatura.
O caso é que transfuguismo e oportunismo son unha lacra que representa exclusivamente os intereses particulares de quen aceptan mudar de organización política no transcurso dunha lexislatura secuestrando e menospreciando a vontade dos votantes que os situaron nas institucións, circunstancia que, na práctica, constitúe a degradación máis perversa da credibilidade da política. Unha carta de dimisión en branco no transcurso das campañas electorais que obrigara a renunciar ao escano no caso de incorporarse a outra organización política sería un necesario comportamento ético no tempo en que vivimos que evitaría sentenciar á Xustiza. Ricardo Vales. A Coruña.
Trágico accidente
El trágico suceso acontecido en Sanxenxo el viernes pone de manifiesto la seguridad de los bañistas, que nunca debiera de discutirse, pero que lamentablemente no es así. Porque vale que en la playa tengamos que convivir con balones, y no de plástico precisamente; acepto incluso que cuando la gente sacude alegremente las toallas de arena, me tenga que reír a mandíbula batiente, y asumo incluso con deportividad que los niños corran por la arena, a riesgo que te la llenen enterita tu toalla. Hasta ahí lo tolero. Lo que no es permisible en una playa, son los perritos y en el área de baño, las embarcaciones recreativas que fondean no lejos de la orilla. A los primeros, los veo mucho por el arenal del Orzán, retozando, jugando y dejando sus cositas, como regalo a los que vayamos en pocos meses allí mismo. Y sabemos lo que tardan en degradarse sus «regalos». A los segundos, por ejemplo en Mera, los veo muy cerquita de la orilla, y aunque hay un cordón en verano, que separa bañistas de embarcaciones, estimo que estas últimas deben estar en alta mar, o sino en un puerto deportivo. Allí donde los bañistas no llegamos a nado, es el lugar perfecto para ellas, pueden presumir, ir a toda velocidad y competir si lo desean. Pero no cerca de la orilla.
El apreciado doctor Tábara nadaba tranquilamente en su zona de baño, pero una lancha motora le pasó por encima. Yo no sé si eran noveles en este tipo de embarcaciones o simplemente hicieron caso omiso a las elementales reglas de convivencia, que existen también en el arenal. Lo único cierto es que el doctor murió el Viernes Santo, le velaron en Sábado de Gloria y fue enterrado en Domingo de Resurrección. Desde aquí envío mi más sentido pésame a quienes lo conocieron y lo trataron. Al causante de la desgracia le queda una penitencia muy larga y dolorosa. Confío en las investigaciones de la Guardia Civil. Descanse en paz, doctor. Verónica Montes Santiso.
El ingeniero González-Llanos
Me complace saber que el Ayuntamiento de Ferrol rectifica y que la estatua que homenajea al ingeniero naval José María González Llanos permanecerá donde se colocó en el año 1999. Uno de los muchos problemas de la Ley de la Memoria Histórica es la interpretación sectaria y sesgada de determinados políticos de baja categoría y poca empatía con los ciudadanos. Aquel astillero, Astano, fue un referente mundial en la construcción de los grandes petroleros de los años 70. Un astillero de los más modernos de Europa, con casi 10.000 trabajadores y que dio lugar a los años dorados de toda Ferrolterra. Ese astillero fue auspiciado y desarrollado gracias a las dotes de ese gran ingeniero. La envidia, el rencor o la animosidad contra esta persona no podrá borrar su recuerdo, bien que les pese a algunos y a otros los encuentre con la flojera de impedir que la moción prosperase. Que luego no se extrañen del auge de ciertos partidos. Jose Luis Mariño Rodríguez. Vigo