«¿Ustedes podrían parar la guerra un momento?». Desde los tiempos de Gila, el papel del humor en televisión ha cambiado mucho, pero su llamada telefónica al enemigo desde las trincheras sigue conservando su ironía subversiva como broma eterna. No importa cuándo se emita, da igual quién lo cuente. Ahora los memes van ganando la partida a la tradición oral y los cómicos que encadenaban una ristra de chistes, con uno detrás de otro, ya no ocupan, como antes, minutos de programación porque tampoco existen los programas de variedades que les eran propicios. Miguel Gila ya hacía monólogos cuando nadie les llamaba aún así. Ahora su figura resucita en Netflix veinte años después de su muerte con Todo es Gila, un programa monográfico donde algunos de los grandes humoristas españoles recuperan y reciclan las mejores ocurrencias que brotaron de su talento.
El especial rescata el espíritu de El club de la comedia en el escenario de un teatro lleno de teléfonos rojos. Allí comediantes como David Broncano, Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla, Ana Morgade y Dani Rovira, entre otros, hacen una actualización de sus bromas sin dejar de ser fieles a la esencia. Juan Carlos Ortega hace el ejercicio de recuperar su sketch bélico para dejar hablar por primera vez al adversario reconstruyendo a dos voces su diálogo más famoso.