El destino de Ucrania

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

STEPAN FRANKO | EFE

13 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Muchos analistas nos ofrecen cada día sus predicciones sobre el destino de Ucrania en la actual confrontación bélica con Rusia, como si en verdad pudiesen precisar en el horizonte lo que imaginan que va a suceder. Algunos observadores sostienen que Rusia ya perdió la guerra en febrero y que sus tropas no están haciendo nada en Ucrania, es decir, que ni avanzan ni retroceden, ni se sabe cuál es su objetivo. Otros consideran que, de no acabar pronto, puede desembocar en un tsunami mundial.

Sergei Jìrnov, exespía del KGB exiliado en Francia, sostiene que Putin podría lanzar «una guerra nuclear», justamente impulsado por un «complejo de inferioridad». Pero la mayor parte de los expertos no coinciden con este análisis, quizá porque saben que el Putin que fue una marioneta de Yeltsin «acabó manejando a sus manejadores». ¿Podría explicar esto que Putin se lanzase a una guerra nuclear? Según expertos en la cúpula rusa de mando, esta posibilidad no se descarta, porque ya nada es descartable.

El presidente Zelenski, por su parte, ha manifestado que Ucrania necesita una victoria «en el campo de batalla», antes de negociar la paz con Rusia. Pero la realidad es que, en la planta química de Severodonetsk —en la que se han refugiado 800 civiles— podría repetirse la tragedia de la planta de Azovstal, en Mariúpol. Y es que Putin ya está utilizando incluso la comida como arma de guerra, según afirmó el pasado martes Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores. Borrell denunció a través de Twitter «la vergonzosa elección de Rusia de utilizar los alimentos como armas».

La realidad es que Rusia amenaza con avanzar más en Ucrania si Occidente envía armas de mayor alcance, y ha calificado de «fantasía» la posibilidad de regresar a las líneas divisorias previas a la invasión. Pero también es cierto que Ucrania recibirá pronto lanzamisiles de corta distancia, más sofisticados que los utilizados hasta ahora. Y Rusia ya ha respondido que cuanto mayor sea el alcance de esas armas, más alejarán de su territorio las líneas desde las que Ucrania pueda amenazarlos. Lo cual no pinta un horizonte o destino de paz. Sigue, pues, la guerra. Y no se sabe por cuánto tiempo.