
En política económica, como en medicina, todo tratamiento tiene contraindicaciones y efectos secundarios. A veces, como nos recuerda la sabiduría popular, el remedio puede ser peor que la enfermedad. Lo sabe perfectamente el BCE, nuestro
En política económica, como en medicina, todo tratamiento tiene contraindicaciones y efectos secundarios. A veces, como nos recuerda la sabiduría popular, el remedio puede ser peor que la enfermedad. Lo sabe perfectamente el BCE, nuestro