Covid y crisis de la medicina interna

Pascual Sesma ESPECIALISTA EN MEDICINA INTERNA

OPINIÓN

PEPA LOSADA

08 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Es difícil explicar a los no iniciados cuál es la función actual de la medicina interna. Desde finales del XIX hasta mediados del XX se ocupaba de la atención médica de procesos internos (pulmón, corazón, etcétera) no susceptibles de ser operados. El aumento de conocimientos y técnicas supuso la aparición de especialidades centradas en un único órgano (cardiología, digestivo...), cuestionando el modelo de asistencia previo. Si la enfermedad afecta a un solo órgano es intuitiva la demanda a un especialista concreto.

Sin embargo, al envejecer las personas lo usual es que presenten varios procesos, afectando a distintos órganos, a menudo con fragilidad (la salud como equilibrio muy inestable) y dependencia. En Galicia, en torno a un 30 % de la población tiene 65 o más años, lo que da idea de la dimensión del problema de la pluripatología.

Para organizar la atención a estos pacientes, en especial a los hospitalizados, es deseable que haya un responsable principal del paciente, capaz de resolver por sí mismo la mayoría de las cuestiones, antes que recurrir a múltiples interconsultas. Esta figura es la que ha venido desempeñando el internista en más del 50 % de los ingresos de área médica en el sistema nacional de salud.

La demanda fluctúa. Hay un pico los meses fríos (noviembre a abril) y un aumento relativo en verano (vacaciones del personal), precisando un plus de especialistas que permita absorberla. Si esto no se considera, acaba generando contratos precarios de profesionales.

Se da por sentado que los internistas atenderán sin demora a todos los pacientes ingresados a su cargo, con independencia de su número y de las condiciones de trabajo (lista de espera cero). Mientras tanto, se toleran, sin sonrojo, listas de espera dilatadas para cirugías y procedimientos diagnósticos, sin advertir que implican sufrimiento, angustia y riesgo para los pacientes.

La epidemia del covid distorsionó completamente la asistencia sanitaria, con especial incidencia en los servicios de medicina interna. Aunque aparenta haber remitido, hay ingresados en Galicia unos 500 pacientes con covid, que suponen un 20 % de los pacientes totales de medicina interna: notable incremento de la carga de trabajo, con el coste añadido de dispersar los pacientes por todo el hospital y sin aumento de recursos.

Todas estas circunstancias están en la raíz del malestar creciente de los internistas que la prensa ha recogido estos días, y que requiere un abordaje decidido por todas las partes implicadas.