Deficiencia de gas: «Las empresas energéticas lo venden para sacar beneficios»

OPINIÓN

KACPER PEMPEL | REUTERS

30 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Especulación con el gas

Estos días podemos leer noticias sobre los récords del precio del gas, con su consecuente subida de la luz. Mientras, se hace ver que todo esto sucede debido a la deficiencia de gas, como consecuencia de la guerra de Ucrania. Pero no se cuenta cómo las grandes empresas energéticas obtienen millones de euros especulando con estas circunstancias.

Países con deficiencia de gas, o mejor dicho, de almacenamiento de gas, se ven obligados a pagar precios más altos para garantizar su abastecimiento. Vemos cómo el presidente Macron anuncia el fin de la abundancia, y ese mismo día entra un gasero a cargar en Montoir una carga de gas natural licuado para revenderlo a un tercero, porque el diferencial supondrá beneficios millonarios. O cómo otra empresa gasista española introduce una carga por mar, procedente de Estados Unidos, y ordena al barco dirigirse a otra terminal española para cargar una cantidad similar que será llevada a Puerto Rico. Los costes del transporte de este retorno al continente americano podrían sobrepasar perfectamente los dos millones de euros, pero las ganancias de la gasista en esta operación de compraventa de gas podría suponer que se embolse más de cincuenta millones de euros.

Esto es algo que se lleva haciendo desde la primera década de este siglo, cuando España amplió su capacidad de almacenamiento y creó nuevas terminales. Hasta el punto que la última terminal construida, la del Musel en Gijón, no se llegó a poner en servicio. Como no hay mal que por bien no venga, esta crisis del gas de Rusia provocará que el próximo año Gijón entre en servicio como nodo de transporte, recibiendo y revendiendo cargas. Miguel Ángel Lomba Fernández. A Coruña.

 Falta de prazas de aparcamento en Ares

En Ares ser residente consiste en romperse a cabeza buscando un aparcamento para poder estacionar o teu propio vehículo. Pois as zonas habilitadas de aparcamento foron organizadas co fin de crecer como vila turística, deixando de lado aos que vivimos alí. Facemos único na zona un estacionamento de buses destinado para os que veñen á praia de lonxe, que esta baleira case todo os días da semana, e anulamos máis de dez prazas. Pero hai que recordar que en menos dun ano están as eleccións, e os que temos que aparcar todos os días do ano somos os que votamos. Xan Ramírez. Ares.

  Cultura materialista 

Unos meses después del primer trasplante de corazón de cerdo a un humano, científicos de la Universidad de Yale han conseguido revivir órganos de cerdos muertos. Son hallazgos revolucionarios que abren la puerta a increíbles avances médicos. La pregunta es hasta qué punto somos conscientes del tipo de implicaciones culturales, éticas y sociales que suscitan estos avances.

Igual que sucede con la crisis climática, no se trata de cuestiones abstractas y lejanas. La crisis demográfica está aquí ya, en Europa, y extendiéndose a Asia y América Latina. Y aunque el alargamiento de la vida es una noticia a celebrar, la caída de la natalidad plantea retos de sostenibilidad que exigen soluciones justas y equitativas.

Se abre paso el concepto de «sociedad de los cuidados», pero la idea casa mal con una cultura dominante hedonista que idolatra la eficiencia y valora a cada persona en función de cuánto tiene. En la medida en que aumenta la proporción de personas mayores y dependientes, hace agua, no lo olvidemos, esa cultura materialista. Jesús Domingo Martínez. Gerona.

Nuevos impuestos

Están estudiando aumentar, aún más, los impuestos sobre los hidrocarburos. Buscan la forma de hacerlos encajar en las leyes administrativas de los conductores. Si ya sudábamos cuando nos acercábamos a algún peaje, ahora será aún peor, porque introducirán algunos nuevos.

Esto se hace en silencio, para que la gente no se exaspere y produzca el efecto bumerán contra la Administración, sobre todo estando tan cerca las próximas elecciones. Ya pagamos una gran cantidad de gravámenes y nunca nos han dicho en qué se emplea la ingente cantidad de dinero de las multas de Tráfico. Supongo que para cualquier cosa menos para lo que la ley dictamina. Y como eso, infinidad de cosas que dejamos y dejaremos pasar. Andrés Nidáguila Casal. Pontedeume.

Seis meses y la guerra sigue

En diversas ocasiones, el papa Francisco ha señalado que estamos viviendo una tercera guerra mundial a plazos. Pero cada vez nos tomamos con más naturalidad convivir con numerosos conflictos bélicos. Guerras olvidadas para muchos que no por ello dejan de ser situaciones lacerantes que miles de personas sufren a diario en todo el mundo.

La situación es dramática y el sufrimiento de las personas es simplemente inimaginable después de seis meses de dura guerra. El horror no desaparece aunque el conflicto deje de estar tan presente en las parrillas de programación de los medios de comunicación. Juan García Rodríguez.

Insolidaridad humana

Un lento pero claro avance en civilización nos está llevando ya a cerrar las plazas de torturas y de muerte de toros. También es un progreso poder ver cómo el número de personas que paga por verlos es cada vez menor. Pero aún quedan corridas sangrientas de toros y, sobre todo, personas en las calles. Como en Valencia, donde ya es la séptima persona muerta en este 2022, y quizá solo por ser extranjera y mujer las autoridades valencianas se han mostrado un poco molestas.

En esta misma comunidad, tras años de parón por la pandemia, el empeoramiento de la situación como consecuencia de la guerra de Rusia hacía pensar que terminaría por fin tan vergonzoso espectáculo, pero vemos con indignación que se renueva esta actividad, como si de una necesidad se tratase. Así sacan unos pocos un dinero sucio, vendiendo 20.000 entradas a quienes quieran cooperar a esa burla a los hambrientos del mundo. El colmo es que esa vergüenza de España aún se proclama de «interés turístico». Emilia Novas Soler.

Inés, bájate de la noria

Ahora que acabamos de leer que la noria se va de A Coruña, espero que nuestra alcaldesa se baje de ella, porque quiero pensar que se subió y vive en el mundo de las nubes. Tenemos un problema gravísimo en diversos barrios con las drogas, en concreto la heroína, con puntos de venta donde la iglesia de Oza, calle Puente, Alcalde Marchesi, Sagrada Familia, Castrillón... sin que se tome ninguna medida. Los vecinos estamos hartos de ver cómo se pinchan delante de colegios, supermercados y en nuestros portales, y de llamar a la policía y que nos digan que no pueden hacer nada. Ana López Gómez. A Coruña.