Café para todos

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

CLEMENS BILAN | EFE

03 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque la haya propuesto Núñez Feijoo, la aprobara el presidente Sánchez y se mantenga en países como Francia y Alemania, la medida no deja de ser discriminatoria, selectiva, injusta y excluyente. De nuevo volvemos al café para todos, pese a que ya se reveló como inadecuado en momentos no tan lejanos.

La reducción del IVA del 25 % al 5 % en el recibo del gas no hace más que redundar en errores anteriores donde se generalizaron las normas. Por ejemplo, en la subvención a los combustibles o los descuentos en el transporte. Pero se vuelve a caer en el mismo error, pese a que es evidente que un planteamiento lineal de este tipo beneficia por igual a todos los consumidores. A los que disponen de un patrimonio de miles de millones y a los que difícilmente llegan a fin de mes. Que son mayoría. Y que verán reducido el peso de su factura entre 10 y 20 euros mensuales, según las cuentas realizadas por La Voz. Otra cosa sería establecer el impuesto por tramos de consumo.

La decisión de Pedro Sánchez, rechazada hasta el último momento tras ser planteada por los populares, pretende preferentemente agradar a una sociedad impactada por el coste de la energía, sufriendo para hacer frente a la inflación, y bastante menos busca reducir el consumo energético, que debería de ser el objetivo primordial. Después de discutir durante semanas si nos ponemos o no corbata, que es un debate profundo y respetable para un país avanzado, llega la medida que hace aguas por todas partes.

Porque además las arcas públicas, que hay que recordar con frecuencia que se nutren de los impuestos, van a volver a resentirse. Aunque la medida se plantee como transitoria inicialmente, todos sabemos que irá más allá de diciembre, porque lo hará tanto como se prolongue la guerra en Ucrania.

La necesidad apremiante de hacer un movimiento para frenar el descontento lleva al Gobierno a cometer otro error, difícilmente explicable. No solo se olvida por el momento de la transición ecológica, sino que, diciéndose socialista, premia a las grandes fortunas, los holdings empresariales y a los de mayor renta frente a los más necesitados. Se ve que no escuchó al senador y líder de la izquierda estadounidense Bernie Sanders cuando dijo que «la gente está cansada de ser ignorada mientras los ricos se siguen enriqueciendo».