La Fundación Barrié se define, a sí misma, como la fundación gallega patrimonial dedicada desde su creación a la mejora de las condiciones económicas y sociales de nuestra tierra. Ha puesto en órbita una apasionada solidaridad en educación, ciencia, acción social, patrimonio y cultura.
Pedro Barrié ya identificó la educación como pilar del desarrollo. Hizo la donación inicial para las infraestructuras de las escuelas de Ingeniería en Vigo y Arquitectura en A Coruña, y sentó en aviones a becarios de posgrado que pudieron alcanzar en el extranjero la mejor formación en ciencia, arte o tecnología. Se convirtieron en profesionales, que rayan la excelencia en todas las disciplinas. Así lo demostraron en todo el mundo, al tiempo que llevaron de señera a nuestra tierra.
En acción social, la fundación es reconocida en diferentes campos que van desde el apoyo a los jóvenes en situación desfavorecida, a la reinserción de personas en exclusión. En patrimonio y cultura ha llevado a cabo una gigantesca tarea. Por ejemplo, en cultura la Barrié se ha esforzado en la formación y puesta al día de la población civil mediante conferencias, cursos, publicaciones y exposiciones. Con nuestro legado histórico se ha comprometido manteniendo muchas de las tradiciones y dedicando recursos a la conservación y recuperación del patrimonio material, cuya punta de lanza son las obras realizadas durante la última década en la Catedral de Santiago de Compostela.
¿Y la ciencia? En un país, pendiente, sine die, de la ley adecuada de mecenazgo, el patrocinio de la Fundación Barrié se ha caracterizado por la ayuda permanente. En medicina, siempre, es bueno recordar a Santiago Ramón y Cajal que anudaba el éxito con la perseverancia.
El pasado día 6 de octubre, la Real Academia de Medicina de Galicia concedió su máxima condecoración, la medalla de honor, a la Fundación Barrié. Se cumple medio siglo desde que Carmela Arias y Díaz de Rábago inició el patrocinio del premio a la investigación biomédica que concede la Real Academia de Medicina de Galicia y que ha sido mantenido y adaptado a las necesidades vigentes por el actual presidente José María Arias Mosquera. Durante 50 años, en tiempos buenos o turbulentos, en épocas de plenitud o escasez, la Fundación Barrié nunca dejó de incentivar la investigación entre los jóvenes investigadores en el campo de la medicina.
La academia se convierte, con el otorgamiento de la distinción, en la voz, de muchos investigadores premiados y no premiados, que se han visto estimulados a ejercer su vocación, de ayuda a los demás. Las aportaciones han sido muy meritorias.