
Cuando uno se pone a derogar delitos a la carta para favorecer a unos condenados, no caben ya límites morales. Después de comprometerse a borrar la sedición del Código Penal, Pedro Sánchez da un paso
Cuando uno se pone a derogar delitos a la carta para favorecer a unos condenados, no caben ya límites morales. Después de comprometerse a borrar la sedición del Código Penal, Pedro Sánchez da un paso