Llevamos semanas hablando sobre la candidatura de Galicia a la Aesia, Agencia Estatal para la Supervisión de la Inteligencia Artificial (IA), cuya sede estaría en A Coruña. Dicha agencia deberá velar por el cumplimiento de la regulación europea en materia de IA y también concienciar sobre su impacto en la sociedad.
El Ministerio establece que las sedes candidatas deben contar con un fuerte ecosistema empresarial y de investigación sobre IA. Estos dos sectores son clave desde un punto de vista económico, pero no debemos olvidar que esta tecnología afectará de forma directa la vida de todos los ciudadanos en un horizonte cercano. La IA no solo estará presente en la mayoría de los trabajos, sino también en nuestras actividades diarias.
Es, por tanto, imprescindible, que toda la sociedad conozca en qué consiste esta nueva tecnología para poder convivir y desarrollarse con ella. La única vía para lograr este objetivo de manera igualitaria es mediante la educación. Se hace, por tanto, imprescindible que la Aesia supervise también la entrada de la IA en los planes de estudio oficiales, sobre todo a nivel no universitario.
Por un lado, se debe afrontar la tarea de definir unos contenidos adecuados sobre IA, y por otro, se debe proporcionar una formación de calidad relativa al impacto social de la IA, a nivel ético, legal y de sostenibilidad. En este ámbito, Galicia es un referente, siendo la primera comunidad autónoma en ofertar una materia oficial específica sobre IA en bachillerato. A nivel europeo, la UDC lidera un proyecto educativo desde el año 2019, que continuará hasta el 2026, en el cual ya se ha definido y validado un plan de estudios no universitarios de bachillerato sobre IA.
Queda, por tanto, patente que, además del potente tejido empresarial y científico de la candidatura coruñesa, su nivel actual de desarrollo en el ámbito de educación en IA para la población general, la sitúa en un lugar privilegiado para albergar la Aesia y lograr con fiabilidad los objetivos establecidos por el ministerio.