Uno no elige cómo pasa a la historia. José Luis Rodríguez Zapatero hubiese querido pasar a la historia por otra cosa, pero de él queda esta frase, digamos, premonitoria: «El Gobierno ha situado a España en la Champions League de las economías del mundo». La pronunció a las puertas de la mayor crisis que se recuerda. A su lado, el capitán del Titanic fue un lince. Aunque ya en la historia, la figura de Zapatero regresa de vez en cuando. Su cara, ayer, en un acto en Barcelona, tiene que ser parecida a la que puso cuando le informaron en términos así: presidente, España se hunde. Al menos, el hombre no presumió de cómo pasaría a la historia. José María Aznar, que pasó a la historia por meter a España en una guerra mientras parte de sus ministros pasaban a la cárcel, tampoco. A Mariano Rajoy a lo mejor no le dio tiempo. El domingo, Pedro Sánchez dijo que pasará a la historia por la exhumación de Franco del Valle de los Caídos. Quién sabe. Lo único seguro es que, en efecto, Sánchez pasará.