Eso de pasarlas canutas

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

Museo Etnológico de Puerto Seguro. Frontera hispano-portuguesa (FRONTESPO)

03 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En estos días de dificultades y penalidades en todos los ámbitos, es frecuente el empleo de expresiones del tipo pasar las de Caín, las penas del infierno, un calvario, un viacrucis... pasarlas moradas, negras, canutas... De todas ellas, reparamos en la última, pasarlas canutas, un tanto enigmática por su inexplicado origen.

No parece que canutas sea el femenino de canuto. Este es solo masculino en las ocho acepciones que recoge el Diccionario. En artículo aparte aparece canutas, sin etimología ni definición. Ahí tan solo está, con la nota de «coloquial», la locución pasarlas canutas, seguida de su significado: «Verse en situación muy apurada».

La tesis más extendida sobre el origen de esta expresión, y no por ello más cierta, hace referencia al canuto. El canuto o cañuto es el tramo de caña entre dos nudos y un tubo no muy grande. En tiempos pasados, cuando a un soldado le daban la licencia absoluta, le entregaban un documento que así lo acreditaba. El papel se metía en un canuto de lata para que no se deteriorase. La licencia acabó por tomar el nombre de canuto. Valle-Inclán menciona el envase en esta vívida descripción que hace en Divinas palabras: «Del fondo oscuro del zaguán sale a la luz un mozo alto, con barba naciente, capote de soldado sobre los hombros, y el canuto de la licencia al pecho. Tiene cercenado un brazo, y pide limosna tocando el acordeón con una mano». Pérez Galdós lo empleó mucho, tanto en el sentido ya mencionado como con el de despedir, expulsar o romper con alguien: «Se le daría el canuto a Doña María Cristina, constituyendo, no Regencia triple, sino Directorio, formado por D. Evaristo San Miguel, Palafox y el divino Argüelles» (De Oñate a La Granja, 1876).

La relación entre los militares que recibían el canuto y la expresión pasarlas canutas se explicaría por las dificultades que sufrían los recién licenciados, muchos sin oficio ni beneficio, al verse devueltos a la vida civil. Esta tesis es dudosa. Entre otras cosas, porque pasarlas canutas se popularizó cuando ya no se daba el canuto, sino la verde, como se conocía la cartilla que recibían los licenciados, que en los años sesenta del siglo XX pasó a ser la blanca.

El profesor y académico Pedro Álvarez de Miranda califica de impenetrable la expresión pasarlas canutas y se pregunta si no será un eufemismo que evita la muy vulgar pasarlas putas, en lo que coincide con Alberto Buitrago, autor de un diccionario de dichos. Quizá la cosa vaya más por ahí. Si es así, algo hemos ganado.