El 6 de diciembre comenzó con sorpresa. Un comandante de aeronave, en su saludo de bienvenida y previsiones de vuelo, deseó «un feliz día de la Constitución». Un saludo y un deseo inusual. Más en estos tiempos en los que Trump ha llegado a pedir la rescisión de la Constitución americana.
Trump no logró impedir que Biden sea presidente de los EE.UU., incluso promoviendo el asalto al Congreso en enero del 2021. Pero los ciudadanos que creyeron su discurso de fraude electoral siguen ahí y es probable que una parte significativa de ellos vea al actual presidente como ilegítimo, y los votos emitidos por millones de sus compatriotas como inválidos. Algo parecido a determinadas estrategias de la derecha extrema o franquista, e incluso de algunos conservadores en diferentes momentos, en nuestro país desde el 2018.
Trump ahora ha entrado a saco en la memoria de los padres fundadores de la Constitución americana pidiendo la rescisión de la Constitución. Ante ello uno acude a la edición de O federalista de la Universidade de Santiago. Una edición que pone a nuestro alcance objetivos y valores de esa Constitución americana y su equilibrio de poderes y contrapoderes. Un equilibrio que Trump desprecia, a pesar de que en su mandato ejerció sus prerrogativas constitucionales sobre el Tribunal Supremo. Un tribunal que en ningún momento deslegitimó los resultados del 2020, pero que Trump, con la ayuda de su admirador Elon Musk y otros poderes, pretende deslegitimar: «Un fraude masivo de este tipo y magnitud permite la rescisión de todas las reglas, regulaciones y artículos, incluso los que se encuentran en la Constitución».
Y si el día de nuestra Constitución asistí a un inicio sorprendente, las sombras que invaden nuestro sistema político democrático se vieron acrecentadas en la siempre anodina celebración constitucional. Por una parte, el presidente del Gobierno critica a la oposición: «Honrar la Constitución implica cumplir con todos sus artículos, todos los días del año. Pero tenemos una oposición conservadora y una oposición ultraconservadora que están situados fuera de la Constitución». Por otra, para Feijoo y los conservadores la principal amenaza a la Constitución es que los independentistas —tan legales como los franquistas de Vox—, que «quieren destruir España», sean socios de Sánchez. «Hay una amenaza latente a la Constitución, que se ha ido constatando en hechos y decisiones del Gobierno». Una amenaza para la Constitución, la unidad de España y los principios democráticos, según Feijoo y Ayuso, si la coalición gobernante continua en el Gobierno luego del 2023. Para evitarlo mantienen el control no democrático del Poder Judicial e incluso alteran el Constitucional. Frente a ello, alguien del común desea en público ¡un feliz día de la Constitución!