¿Un coche eléctrico? ¿Y dónde lo enchufo?
Quiero un coche eléctrico, pero vivo en un piso. Y no solo yo. En mi situación está el 64,9 % de la población española, o lo que es lo mismo, 30.783.890 personas, según el INE. Claro que no todos querrán un vehículo eléctrico pero los habrá que sí, y tendrán el mismo problema que yo: no tenemos donde enchufar el coche. El viaje a la electrificación está plagado de promesas, mandatos, sugerencias y mucha inversión pública. Las dificultades y obstáculos, en cambio, no tienen la misma publicidad. Y es que el simple hecho de vivir en un bloque de viviendas, algo tan común, supone un muro casi insalvable para las personas que quieran dejar su viejo y contaminante diésel. Los que dispongan de garaje comunitario deberán asumir un coste, ya sea mediante su comunidad o de forma individual, además de otros gastos y trámites burocráticos, pero tienen esa posibilidad. El problema es el gran número de personas que no disponen de plaza privada y se ven obligadas a aparcar su coche en la vía pública. Con el tiempo que exige una recarga en una electrolinera y el precio de estas, sería inviable comprar un coche eléctrico. Ana Herrera. Málaga.
Coqueteos políticos
Que las fuerzas del mal cabalgan al galope, que no descansan nunca, es evidente, mientras que las que debían oponerse están más ociosas y/o confusas: por todas partes, en todos los continentes y, lo que es peor, en los países más democráticos, a lo que no es ajeno España, el trumpismo en sus diversas variantes no para de ganar terreno, es decir, adeptos y peor aún, elecciones..., a base de mentiras repetidas una y mil veces, falso patriotismo, manipulación de la historia, etcétera. Basta ver su estilo chulesco y despectivo con el indiferente. Y no se trata del problema de una ideología, fuerzas políticas concretas (que también) como dicen algunos despistados: es un problema muy grave de los estados democráticos. Cuando se niega el cambio climático, el holocausto, se disfrazan de nazis, se coquetea con dirigentes como Putin, se criminaliza la inmigración, se niega la validez de unas elecciones cuando no se ganan, se asaltan Parlamentos: algo está fallando en las democracias, algo están haciendo mal las fuerzas democráticas de todas las tendencias. No hay tiempo que perder, hay que marcar distancias, hacer ver las diferencias entre unos y otros, ya.. José García Cortijo. Vilarmaior.
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