De nuevo asoma la esperanza de generar energía nuclear de fusión controlada y que pueda usarse como fuente de energía. La energía natural de fusión es la que se genera en el Sol y en las demás estrellas. Átomos pequeños (de hidrógeno) se unen (se funden) para formar átomos de mayor masa atómica (helio). En el proceso de fusión se libera una enorme cantidad de energía y es la que mantiene las elevadísimas temperaturas del Sol. Para intentar reproducir el fenómeno en la Tierra se usan dos procedimientos: confinamiento magnético y confinamiento inercial. En el magnético se usan campos magnéticos variables y muy intensos con el fin de mantener el proceso de fusión fuera del contacto de las paredes, que no resistirían las temperaturas tan elevadas que se producen.
En el confinamiento inercial, sobre una diminuta esfera llena de hidrógeno, se hacen incidir un elevado número de haces de un láser de altísima potencia que logran la fusión del hidrógeno. Este es el proceso que se ha utilizado en el experimento de EE.UU., que es noticia porque han conseguido un balance positivo de energía. En experimentos anteriores se había empleado más energía en provocar la fusión que la desprendida en el fenómeno. Ahora, a decir de los científicos que realizaron el experimento, la energía desprendida en la fusión ha sido mayor que la empleada en producirla. Un paso adelante en el control de la fusión, pero todavía queda mucho por hacer.