Lograr más inversión para poner en valor el Corredor Atlántico
OPINIÓN
Galicia cuenta para sus trenes de mercancías con dos líneas ferroviarias convencionales que la conectan con la Meseta y con el Corredor Atlántico Europeo de mercancías que, desde el 2013, une el norte francés y alemán, entrando por Irún, con los puertos de Sines en Portugal y Algeciras en España. Disponer de las conexiones Ourense-Zamora-Medina y Monforte-León-Venta de Baños nos asegura que la exportación o recepción de mercancías está asegurada en cualquier circunstancia, frente a los frecuentes cortes de la infraestructura por causas físicas, meteorológicas o por obras de mejora.
Nuestra comunidad ha elegido conectarse al Corredor Atlántico Europeo por la línea más antigua y obsoleta, la del Sil-Manzanal, que requiere, según la Xunta, invertir 1.800 millones de euros en su modernización, en tanto que ADIF, responsable de su gestión y mantenimiento, en su Plan Director de Mejora del Corredor Atlántico de Mercancías en la zona Noroeste 2018-2025, no tiene previsto invertir entre Ourense, Monforte y León nada más que 338 millones de euros, es decir, solo un 18 % de lo necesario.
Los puertos de Galicia, así como el empresariado gallego eventualmente necesitado de conexión ferroviaria con España y Europa para desarrollar sus negocios, no deben estar temerosos frente a la competitividad de otras comunidades porque disponen ya de una línea ferroviaria moderna, apta para servicios de autopista ferroviaria, que les permite programar y gestionar el envío y recepción de sus materias primas o productos en tiempos y con costes adecuados.
No obstante, los esfuerzos del Gobierno de Galicia, coordinadamente con las comunidades limítrofes, y con el apoyo de todos los partidos políticos, deben centrarse en convencer al Gobierno para mejorar de forma integral la ruta elegida como conexión de Galicia al Corredor Atlántico, la que parte de Monforte y llega a León y Palencia.
Las inversiones que deben conseguirse para poner la línea Monforte-Ponferrada-León en condiciones operativas del siglo XXI podrán ser objeto de subvención de la UE y administradas por ADIF, titular de la línea, a quien corresponde hacer las obras y trabajos de actualización de la infraestructura y dotaciones. Los 84 kilómetros que corresponden a Galicia (un 35 % del total) beneficiarían a tres comarcas de Ourense y Lugo (Valdeorras, Quiroga y Lemos) que cuentan con una población de 60.000 habitantes, compensando así su aislamiento.
Pero debemos ser conscientes de que en esta infraestructura, que en el tramo Ourense-Monforte ya está siendo mejorada al ser común con la línea de acceso de Ourense a Lugo, la continuidad desde Monforte ofrece serias dificultades en su trazado, que acompaña a los ríos Lor y Sil y, tras Ponferrada, debe atravesar el puerto del Manzanal (túnel del lazo incluido), con varias zonas de pendientes similares a las de Pajares, que no facilitarán las obras de mejora y exigirán costes prohibitivos, con lo que es previsible la oposición del Gobierno estatal.