Muchos conservamos «el Tamames», Estructura económica de España (1960), un manual de referencia que va ya por su vigésima sexta edición. La trayectoria intelectual de Ramón Tamames es muy destacada, ha escrito numerosos libros de los temas más variados, no solo económicos. La política es también dilatada: activista en la universidad, militante comunista en su juventud, miembro del comité ejecutivo del PCE, codo con codo con Carrillo, diputado, negociador de los Pactos de la Moncloa, teniente de alcalde de Madrid con Tierno Galván, fundador de Izquierda Unida, en 1989 se pasó al CDS de Suárez y, poco después, abandonó la política. Su deriva desde entonces ha sido hacia posiciones conservadoras, un caso más de excomunistas que se pasan al otro lado.
Pero pocos esperaban que se pudiera prestar, a sus 89 años, a aparecer y comparecer ante los medios como un posible candidato de la ultraderecha en una fantasmagórica moción de censura que no acaba de concretarse. El salto es demasiado grande. ¿Afán de protagonismo a costa de convertirse en el pelele de Abascal? ¿Qué necesidad tenía el brillante profesor de prestarse a esta farsa de Vox para obtener sus quince minutos de fama, ya ganada por sus méritos? (Bueno, muchos más minutos porque las televisiones le están dando toda la cancha del mundo como a todo buen antisanchista). ¿Se siente cómodo con la extrema derecha? ¿Suscribe sus exabruptos y barbaridades? ¿Cómo es posible que un hombre que luchó contra una dictadura que asesinaba o encarcelaba a sus compañeros vaya de la mano de un partido que considera que los gobiernos de Franco eran mejores que los de la democracia? ¿A dónde vas, Tamames?