Europa frena en seco y evita prohibir los coches de combustión en el 2035 (La Voz, 4-3). Pese a que todo el mundo parecía estar de acuerdo, el bloqueo liderado por Alemania fuerza a dar más flexibilidad a la muerte anunciada de los vehículos con motores de combustión interna, que se extenderá hasta el 2050.
Desde mi columna (5-2-23) Falta de carga, decía que se estaban dando excesiva prisa en eliminar los coches de combustión sin que se hayan instalado suficientes puntos de carga ni incrementado la autonomía de los vehículos eléctricos a valores adecuados.
Coincidía con lo que ahora dice el director general de Anfac (La Voz, 4-3): el enfoque correcto no puede ser eliminar una tecnología, sino reducir las emisiones. Yo decía que a los vehículos de combustión interna habría que acoplarles sistemas de reducción de gases de efecto invernadero, en vez de eliminarlos sin más.
Me alegra coincidir con el 88 % de los lectores de La Voz quienes, en la encuesta, no están de acuerdo con que se prohíba comprar coches de combustión a partir de 2035.
Yo creo, que en esta lucha por suprimir los vehículos de combustión interna, ha de predominar la prudencia y la calma. No se puede cargar un sistema sin tener preparado y asegurado el otro. El mundo de los coches eléctricos hace aguas por todas partes: contaminación en la fabricación de pilas, escasez de litio, recarga lenta, falta de puntos de recarga.