«La heroica ciudad dormía la siesta». La ciudad era Vetusta, trasunto literario de Oviedo, según escribió Leopoldo Alas, Clarín. Así comienza su novela La Regenta. De escandaloso éxito en el momento de su aparición, a finales del siglo XIX. Con algo más de mil páginas y cien personajes, se editó en dos tomos, y la crítica la compara con la narración de Flaubert Madame Bovary. Fue acaso una de las novelas memorables de su tiempo.
Y cuando el siglo siguiente llegaba a su fin, un notable personaje concluyó un proyecto que tardó seis años en terminar. Era nada menos que la segunda parte de La Regenta. La segunda vida de Anita Ozores fue el título definitivo que daba una nueva oportunidad a la protagonista de la obra original. Su autor, Ramón Tamames, es un reconocido catedrático de Estructura Económica que había pertenecido al Partido Comunista, concejal de Madrid con Enrique Tierno, diputado en Cortes por Izquierda Unida y dirigente del CDS de Adolfo Suárez. Yo era el director editorial de Espasa Calpe, su primer interlocutor.
No tuvo fortuna y el consejo editorial no consideró la edición del texto. Pero Tamames no cejó en el empeño y con el nuevo siglo consiguió ver editado su ambicioso proyecto, con una Ana Ozores trasladada a Madrid, liberada del ambiente opresor de Vetusta, y libre al fin de un marido magistrado, un amante zascandil y aburrido y un pícaro confesor, el canónigo libertino Fermín de Pas.
Pues bien, Tamames, después de reescribir treinta versiones, hace participar a la Ozores de la vida galante e intelectual madrileña y convierte la novela en una historia política con Cánovas y la Restauración como fondo del paisaje literario. El libro del ilustre economista, segundas partes nunca fueron buenas, pasó sin pena ni gloria, con más pena que gloria, editado en una pequeña editorial.
Tamames es un brillante heterodoxo y ahora, en vísperas de cumplir noventa años, va a ser el candidato a presidir el Gobierno de España, es la cara más amable de una moción de censura inviable que presentó Vox, la derecha menos tolerante. Una, otra, segunda oportunidad que tendrá el economista de dirigirse a la nación para exponer un idearium, una lectura de España que cierra el ciclo de toda una vida contada desde la política, del rojo intenso al azul oscuro, que definió la vida pública de Ramón Tamames. Mientras tanto, «la heroica ciudad dormía la siesta».