«Los años trabajados por las amas de casa no computan en ningún sitio»

Cartas al director
Cartas al director CARTASALDIRECTOR

OPINIÓN

emilio moldes

13 mar 2023 . Actualizado a las 21:18 h.

Trabajadoras sin sueldo

Hoy quiero hablar de esas mujeres trabajadoras que nunca han recibido un sueldo. Me refiero a las que, como mi madre, siempre fueron amas de casa. Habría que matizar ese concepto. Parece que solo trabajamos las mujeres que recibimos un salario, sea mucho o poco, pero hay otras, sobre todo ancianas como ella, que, aunque nunca cobraron un sueldo ni cotizaron a la Seguridad Social, fueron, entre otras cosas, auténticas administradoras del dinero que ganaban sus maridos, niñeras, enfermeras, psicólogas, limpiadoras, cocineras, etcétera, aparte de amantes esposas y cariñosas madres. Recuerdo a un profesor de la facultad que nos ponía el ejemplo de un señor que tenía contratada a una empleada del hogar. Ese servicio, al ser remunerado, formaba parte del PIB del país. Con el tiempo, el señor se casó con ella y, como ya no le pagaba, sus servicios ya no se incluían en el PIB. Esa es la realidad de muchas mujeres. Todos esos años trabajados no computan en ningún sitio, no tienen valor y, si se quedan viudas, solo tienen derecho a la mitad de la pensión de sus maridos (mileuristas, en su mayoría), mientras que ellos, si se quedan viudos, tienen derecho a su pensión completa. Eso me parece muy injusto y una gran desigualdad. ana m. e. a coruña.

Orgullo de mujer

La verdad es que nunca habría pensado que un concepto tan manoseado política e ideológicamente como el de mujer iba a ser tratado de una forma tan sublime por una institución esencialmente masculina como la Iglesia católica. El 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora, en la misa a la que asistí, no solo se pidió por las mujeres víctimas de todo tipo de violencia, por las niñas, por las trabajadoras, por las madres solteras, y muchas más, sino que al final (y esto es lo que me asombró) el sacerdote nos pidió a las mujeres que allí estábamos que bendijéramos a los hombres que están con nosotras: nuestros maridos, o novios, familiares, compañeros y amigos. Y terminó diciendo que la palabra mujer en labios de Jesucristo es toda una declaración de admiración, respeto y amor; ya que llamó mujer a María Magdalena cuando resucitó (y sabía que se llamaba María); llamó mujer a aquella que salvó de ser lapidada y llamó mujer a su madre, la Virgen María. Es el mismo Dios quien ha creado a la mujer y quien la ama más que nadie. Así sí que puedo sentir el orgullo y la fuerza de ser mujer. virginia r. mateos. vigo.

Más cartas al director

Cómo participar

Por correo electrónico a cartasaldirector@lavoz.es o por correo postal a la siguiente dirección: Avenida da prensa, 84 y 85. Sabón, 15143 Arteixo (A Coruña).

Las cartas no deben exceder de 20 líneas y se identificarán con nombre, domicilio, DNI y teléfono del autor. La Voz de Galicia se reserva el derecho de extractar los textos. No se informará sobre las cartas recibidas.