Cuando una se levanta y se acuesta exigiendo dimisiones corre el riesgo de acabar pidiendo su propio cese. Luego, claro, empieza el lío, y el lío es este: Mónica política ejemplar García pide la cabeza de Enrique patrimonio millonario Ossorio, vicepresidente de Isabel Díaz Ayuso, por disfrutar de un bono social. La líder de Más Madrid, que recibe idéntica ayuda, tarda un rato en darse cuenta de que también está pidiendo su propia cabeza, lo que en el argot se llama suicidio político. Luego, claro, Mónica García se rebelará contra Mónica García y, en lugar de irse a su casa, presentará el clásico pliego de descargo: que si lo siento, que si me enteré de «forma automática», que si esas cosas las lleva mi marido. Casi le faltó decir que está pensando en divorciarse. Por si a Mónica García no le ha quedado claro cómo se las gasta Mónica García, he aquí el instante en el que su otro yo pone esa cara como de decir «venga hombre, el bono social no, pero dimitir, bah, eso sí que es de pobres».