
Un año después del ictus de mi madre
Hace un año del ictus de mi madre y, aunque doce meses parece mucho tiempo, en realidad no lo es. Desde hace un año el tiempo va más rápido y la vida te da un poco más de vértigo. Mi madre es hoy otra persona, como lo somos mi padre, mi hermana y yo, pero lo importante de esta frase para mí es la conjugación verbal: somos, en presente.
Si miro atrás y recuerdo aquellos días, siento un profundo miedo, pero también mucho orgullo. No hubo un solo día en el que no agradeciera la suerte que tuvimos de contar con unos profesionales tan rigurosos en el Chuac, desde los que están en primera línea, en unas Urxencias saturadas, hasta los que están en planta, explorando, analizando y luchando por salvar la vida de los demás. No me olvidaré nunca de esa planta siete de Neuroloxía y su largo pasillo en el que mi hermana y yo celebramos nuestro cumpleaños de una forma algo inesperada.
Nuestra suerte, hace un año, fue contar con un Servizo Galego de Saúde profesional, atento y ágil. Lo sigue siendo hoy y espero que lo siga siendo mañana, pasado y siempre. Andrea Vales Regueiro. A Coruña, Madrid.
Hace falta educación sexual
Quiero expresar mi preocupación acerca de la falta de educación sexual en las escuelas y su impacto en la prevención de los jóvenes. La educación sexual es una herramienta importante para la prevención de enfermedades, embarazos no deseados y otras problemáticas relacionadas con la sexualidad de los jóvenes. Sin embargo, en muchos colegios se sigue sin abordar adecuadamente este tema, lo que deja a los jóvenes en una situación de vulnerabilidad e incertidumbre.
Además, la falta de educación sexual en las escuelas puede llevar a que los jóvenes busquen información en fuentes no confiables, como internet o a través de los amigos, lo que puede resultar en desinformación o información inexacta.
Por lo tanto, me gustaría plantear la necesidad de que se implemente una educación sexual adecuada en las escuelas, que incluya información sobre anatomía, relaciones saludables, prevención de enfermedades y anticoncepción, entre otros temas relevantes.
Los jóvenes tienen derecho a una educación completa y precisa sobre su sexualidad, y es responsabilidad de las instituciones educativas garantizarla.
Espero que esta carta pueda ser un punto de partida para un debate más amplio y una reflexión sobre la manera en que podemos garantizar que los jóvenes tengan acceso a una educación sexual completa y precisa en las escuelas. Lucía Rosa Peña.