«Nepo babies» o hijos de papá

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

Europa Press Reportajes

22 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La Voz de Galicia dio cuenta recientemente de un término inglés que se ha puesto de moda, sobre todo en Estados Unidos. Se trata de nepo baby, que a veces aparece como nepobaby. Es un acortamiento de nepotism baby, que se aplica a los hijos de personajes famosos que también alcanzan el éxito en la vida pública haciendo lo mismo o algo parecido a lo que hacen sus padres. Ese éxito se atribuye, al menos en parte, al nepotismo de los progenitores.

El nepotismo español, como el nepotism inglés, procede del latín nepos (‘sobrino’, ‘descendiente’). Inicialmente era la práctica de algunos papas de favorecer a sus parientes concediéndoles cargos eclesiásticos y otras prebendas. A mediados del siglo XVII, Jerónimo de Barrionuevo daba cuenta en uno de sus avisos, gacetas precursoras de la prensa actual, de que «la Reina de Suecia aconseja el nepotismo al Papa».

La definición que el Diccionario de la lengua española da de nepotismo deja claro en qué ámbitos existe entre nosotros: «Desmedida preferencia que algunos dan a sus parientes para las concesiones o empleos públicos». Nuestros nepotistas no tienen mucho que ver, pues, con los de la farándula de ultramar, los padres de los nepo babies.

Es una pena que prácticamente hayamos abandonado un sinónimo de nepotismo. Este, como se ha dicho, procede del latín nepos, uno de cuyos significados es ‘sobrino’. Junto a nepotismo, el español creó sobrinazgo, con el mismo sentido. He aquí una muestra de su uso, un texto de Gabriel García Moreno, que fue presidente de Ecuador entre 1860 y 1865: «... suponiendo además que el nombramiento inconstitucional de que hablamos no haya nacido de la influencia del sobrinazgo, ¿no es vergonzoso ascender a un pariente inmediato, como lo sería concederse uno a sí mismo elogios y recompensas?».

Si las noticias sobre los nepo babies o nepobabies llegasen a excitar en exceso a nuestros enamorados de la angloparla, cabría plantearse la posibilidad de su adaptación: en gallego, idioma que también emplea nepotismo, aquellos podrían ser los neponenos, y en castellano, los neponenes. Aunque lo más sensato será desistir de ese seguidismo, que resulta estúpido cuando el español tiene variados recursos propios. Porque los nepo babies no son otra cosa que niños niños bonitos o hijos de papá.