¿Pierde el semen propiedades reproductivas?
OPINIÓN
No existe un consenso médico sobre cómo afecta la edad a la capacidad reproductiva del hombre. Se sabe que a partir de los 60 años los testículos se hacen más pequeños y los espermatozoides se mueven menos. Sin embargo, no se ha determinado aún si estos aspectos suponen menos posibilidades a la hora de concebir.
Algunos ejemplos mediáticos invitan a pensar lo contario. Así, han sido padres-abuelos, por decirlo de alguna manera, Mick Jagger, a los 73, y Anthony Quinn, a los 81. Pero, sin duda, el caso más impactante ha sido el de Julio Iglesias Puga, padre del mítico cantante, que tuvo un hijo a los 90 y que falleció a esa edad sin poder conocer a otro.
Casos de éxito reproductivo que, sin embargo, no pueden hacernos olvidar algunos estudios médicos, que relacionan la paternidad tardía con el aumento de las posibilidades de padecer esquizofrenia, autismo o enfermedades relacionadas con alteraciones genéticas.
Asimismo, se debe tener muy en cuenta que, a partir de los 55, se han detectado algunas enfermedades que tienen que ver con alteraciones en el número de cromosomas y que se deben a daños en el ADN espermático. Dichos daños se traducen, finalmente, en patologías.
Más allá de estos supuestos de mayor gravedad, nunca hay que dejar de tener presente que la edad está íntimamente ligada al estado orgánico de cada personas y, aunque los hombres a los 70 o a los 80 puedan ser sexualmente activos, lo cierto es que depende del estado físico de cada uno. El riesgo coronario, la tensión arterial alta, la artritis, la incontinencia urinaria y la diabetes son factores que impiden el desarrollo sexual pleno.
También, por supuesto, no se deben dejar de lado las posibilidades de que factores externos como el abuso de sustancias tóxicas o la exposición a agentes químicos puedan afectar a la capacidad reproductiva del varón.
Por este motivo, y aunque a ellos, como se dice popularmente, no se les pase el arroz, los expertos en reproducción asistida recomendamos la criopreservación de semen, últimamente de actualidad a raíz de la paternidad post mortem de Aless Lequio.
La técnica consiste en extraer una muestra de semen, analizarla para constatar que no existe impedimento alguno para su congelación, como puede ser una enfermedad de transmisión sexual, e introducirla finalmente en un tanque de nitrógeno líquido a -196°. En el banco de semen puede permanecer sine die, ya que no caduca. Cuando se decida utilizar, se debe proceder a la descongelación, que ha de realizarse siguiendo un estricto procedimiento que garantice las condiciones en las que fue congelada la muestra, evitando su exposición a la luz solar y su contacto con otras sustancias.
Una vez descongelada será introducida en el útero de la futura madre, mediante la técnica de inseminación artificial o se usará en una fecundación in vitro, en la que los óvulos maternos y el semen paterno se fecundan en el laboratorio.
La congelación de semen es una técnica sencilla, indolora y accesible a todos los bolsillos que, por último, se emplea cuando el hombre tiene que someterse a tratamientos médicos agresivos como la radioterapia o la quimioterapia, lo que permitirá preservar su paternidad para el futuro.