Precampaña. De las muy largas. De las elecciones del 28M y de las de diciembre que decidirán quién es el próximo inquilino de la Moncloa. Una polémica devora la actualidad política, saca del primer plano los temas de agenda e impacto ciudadano que dominaban las últimas semanas ?la vivienda y Doñana? y alborota tertulias y redes sociales.
La tribuna del Dos de Mayo fue la excusa. El vehículo para reeditar el duelo de Gobiernos. La Moncloa y Sol. Isabel Díaz Ayuso y Bolaños buscando la refriega. Félix Bolaños y Ayuso pugnando por el ahora devaluado trending topic. La sesión de fuegos artificiales le ha salido mejor a la madrileña, siempre cómoda en la controversia y con muchísima ventaja en la carrera para la cita con las urnas del 28M. Al ministro socialista, aparentemente no tanto. Hasta Puigdemont ha tomado partido por la de Chamberí.
Dice una ley no escrita que los fontaneros de la política ?el titular de Presidencia es uno de los más destacados de los últimos años? pierden su eficacia y su estrella cuando pasan al primer plano y son protagonistas. Entonces, ¿por qué forzó la máquina y acabó haciendo popular a la jefa de protocolo de Ayuso? No era difícil de imaginar que iba a salir ganando la madrileña, pero la resaca de los hechos hace aflorar otra pregunta: ¿el que pierde es Pedro Sánchez? Y la respuesta no está clara.