El párkinson es una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo. Si bien es conocida por sus síntomas físicos, como los temblores y la rigidez muscular, también puede tener un impacto emocional significativo en las personas que la padecen.
Como especialista en atención odontológica, he visto de primera mano cómo el párkinson puede afectar la salud bucal de los pacientes. Los temblores y la rigidez muscular pueden hacer que sea más difícil para ellos cepillarse los dientes y usar hilo dental, lo que puede llevar a problemas dentales como caries y enfermedad periodontal.
A la hora de realizar tratamientos dentales, es necesario prestar atención a síntomas como la rigidez muscular, los temblores y las dificultades para controlar la saliva y el agua, que pudiesen dificultar las terapias.
La medicación que ayuda a contrarrestar los síntomas de la enfermedad, tiene efectos secundarios que complican los tratamientos bucodentales, por lo que tenerlo en cuenta a la hora de acordar una cita, crear un plan de tratamiento para el paciente y realizar los diferentes procedimientos de la forma adecuada es fundamental. Esta enfermedad tiene varias fases por lo que es sumamente importante adecuar los tratamientos a cada paciente según las necesidades y condiciones reales del paciente.
A menudo se pasa por alto el impacto emocional que la enfermedad de Parkinson puede tener en los pacientes y sus familias. Los primeros pueden sentirse aislados y deprimidos debido a los cambios en su capacidad para realizar actividades cotidianas y la posible discriminación de la sociedad.
Es importante que nos tomemos el tiempo para entender la lucha emocional que enfrentan estos enfermos para brindarles el apoyo y la comprensión que necesitan. A menudo, se sienten avergonzados de su afección y pueden aislarse de amigos y familiares.
La enfermedad de Parkinson no define a la persona. Los pacientes pueden seguir teniendo una vida plena y significativa a pesar de su afección. Con el tratamiento adecuado y el apoyo emocional, pueden continuar disfrutando de los cuidados personales como la odontología o de actividades como el arte y la música.
Como sociedad, debemos trabajar para crear conciencia sobre la enfermedad y apoyar a aquellos que la padecen. Necesitamos trabajar para eliminar la estigmatización y la discriminación, y para fomentar la inclusión. Merecen una atención de calidad, y vivir en una sociedad que se adecúe a todas las personas que formamos parte ella, para poder incidir positivamente en la vida de los enfermos que luchan a diario contra este tipo de dolencias.