Hacienda castiga a los de más edad

Santiago Calvo López EN LÍNEA

OPINIÓN

A. Pérez | EUROPAPRESS

22 may 2023 . Actualizado a las 15:33 h.

En los últimos meses, la conversación pública sobre cualquier tema relevante o polémico ha adquirido, casi siempre, una perspectiva sobre la brecha generacional y las diferencias existentes entre los más jóvenes y los más mayores. El acceso a la vivienda o la evolución de los salarios versus pensiones son ejemplos recurrentes. Sin embargo, la declaración del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF) tampoco se escapa a esta tendencia.

Aunque recurrida en el Tribunal Supremo por la Asociación Española de Asesores Fiscales, una orden ministerial del 2019 obliga a que todos los contribuyentes presenten su declaración por medios electrónicos, sin posibilidad de generar en papel tanto la mencionada declaración como sus correspondientes documentos de ingreso o devolución.

Las estadísticas que ofrece el Instituto Nacional de Estadística no dejan lugar para la duda. Existe una clara desventaja de la generación de mayor edad en cuanto al uso de los dispositivos electrónicos y de internet. Mientras que prácticamente el 100 % de las personas de entre 16 y 44 años usan internet a diario, este porcentaje baja al 60 % entre los que suman más de 65 años.

Además, entre estos la desconfianza en internet es considerable, a saber, 4 de cada 10 confían poco o nada en la red, mientras que, entre los jóvenes esta misma proporción es de justo la mitad.

Por este motivo, no sorprende que sean cada vez más los que optan por acudir a despachos especialistas para presentar la declaración de la renta, tal y como han expuesto recientemente los gestores administrativos de Galicia. El miedo a pagar de más es un factor determinante, ya que cinco de cada diez borradores suelen contener errores, y ya saben que, en caso de equivocación, el responsable es el contribuyente. La banca siempre gana.

Esta situación de desventaja debe solucionarse cuanto antes, ya que se está produciendo una discriminación por cuestión de edad. Se obliga al contribuyente a disponer de ordenador con conexión a internet y de los conocimientos necesarios de ofimática.

Es la Administración la que debe estar al servicio del ciudadano, y no al revés. Es decir, disponer de medios telemáticos debe ser una opción y nunca una obligación. Precisamente, si se pagan impuestos como el IRPF es para contar con servicios públicos de calidad.

En definitiva, España no se puede permitir todavía más división social, y menos que sean los poderes públicos los que la generen.

Una Administración moderna no es aquella que destaca por introducir muchas innovaciones, sino que es ágil e inteligente a la hora de procesar y ofrece soluciones para los múltiples trámites burocráticos y, en este caso, tributarios, a los cuales deben hacer frente todos los ciudadanos en su día a día. Independientemente de su edad.