Un adelantado de su tiempo
OPINIÓN

Y la montaña parió… no un ratón, sino un elefante. Hay que reconocer que el anuncio de Pedro Sánchez de adelantar las elecciones generales, tras los resultados del domingo, ha conseguido en un primer momento girar la atención del respetable. Lo que parecía que iban a ser días, semanas e incluso meses de luto en el entorno del PSOE, Unidas Podemos y Sumar, se transforma de repente en aires de energía o nueva ilusión esperando los comicios del 23 de julio, como una especie de partido de vuelta con la esperanza de la remontada.
Cierto es que los vaticinios o augurios no son de lo más optimistas, a tenor de lo acaecido en las municipales y autonómicas, especialmente si consideramos que los propios socialistas las plantearon más como unas generales dado el protagonismo desmedido que acaparó el presidente del Gobierno. La teoría induciría a pensar que si las territoriales se plantearon —también por el PP— como unas nacionales, en las generales propiamente dichas se repetirán los argumentos ya esgrimidos estas últimas semanas; y no parece que los electores vayan a desdecirse de sus opciones de voto tan rápido.
Si se adelantan unas elecciones, hay que buscar en qué puede favorecer los intereses de quien las convoca. La cronología poselectoral nos ofrece indicios esclarecedores, que podrían resumirse en tres letras: Vox. Los socialistas, y sus coaligados habituales en Moncloa o en otras comunidades y ayuntamientos, lo fían casi todo al efecto negativo que para el PP pueda tener apoyarse en Vox para alcanzar el poder tras los comicios del domingo. Así de simple. Claro que, hablando de acuerdos o alianzas, la apuesta única del PSOE ha sido y sigue siendo la de los socios de legislatura, investidura e incluso moción de censura. Y no hay que olvidar que su resultado final, a la larga, ha sido recibir un severo castigo de las urnas.
Quizá no le quedaba otra a Sánchez y se la tiene que jugar. Le pone en un brete a Feijoo a la hora de los acuerdos para cerrar gobiernos municipales y autonómicos, pero él mismo está en un brete similar. Habrá que ver cómo reaccionan los dos… y los demás, que también se juegan mucho en esta nueva edición de Tu cara me suena en versión electoral. Ahora mismo, los socialistas tienen el viento en contra. Cambiar una tendencia en el voto que parece tan consolidada no es fácil. Manejarán hasta la saciedad el argumento de que PP y Vox son dos caras de la misma moneda para desacreditar a los populares. Esta es la batalla. A ver quién es el más listo de la clase.