
No es de extrañar que se hubieran generado grandes expectativas ante el lanzamiento del Miura 1, el primer cohete privado español. La industria aeroespacial, que suena casi a ciencia ficción, es el siguiente paso en la evolución tecnológica mundial. Nuestro planeta se nos queda pequeño y la conquista del espacio, pese a los elevados costos de investigación y desarrollo, parece que tendrá lugar más pronto que tarde, y no podemos ni debemos quedarnos rezagados. Por eso, pese a la momentánea decepción, la suspensión del lanzamiento por cuestiones meteorológicas en nada resta el mérito que tiene esta tecnología desarrollada en nuestro país, sino que, por el contrario, debe constituir un incentivo para que más técnicos y científicos pongan en marcha sus ideas y estas sean apoyadas con fondos públicos y privados, como en el caso del Miura 1. El 98 % de este lanzador, que tiene por finalidad la puesta en órbita de pequeños satélites, ha sido desarrollado por PLD Space en Elche. Esta empresa, fundada en el 2011 y que da empleo a más de 100 trabajadores, se dedica al desarrollo de motores reutilizables de combustible líquido para su incorporación a lanzadores espaciales. Sin duda, un ejemplo positivo a seguir.
No podemos decir lo mismo del enésimo lanzamiento fracasado por parte de Corea del Norte. Esta semana, Pyongyang lanzó un cohete, el Chollima 1, que tenía por objetivo poner en órbita un satélite espía. Cuando ya estaba en el aire, un error de funcionamiento provocó su caída al mar a 200 kilómetros al oeste de la isla de Eocheongdo, lo que hizo que saltaran las alarmas en Japón y Corea del Sur. Este es el primer lanzamiento de este tipo desde el 2016 y ha generado una gran inquietud en las revueltas aguas del Pacífico asiático, donde las tensiones entre los países vecinos convierten la región en una zona de máximo peligro. Cualquier descuido puede hacer estallar un conflicto que nadie quiere y todos temen, sobre todo, tras el inaudito reconocimiento norcoreano de su fracaso y el anuncio de que pronto volverá a intentarlo.