
Cenábamos en un restaurante de Zagreb, durante la guerra, en 1991. Éramos cinco periodistas de distintos países. Uno que yo no conocía, un suizo llamado Christian, propuso una idea disparatada: ¿por qué no nos alistábamos
Cenábamos en un restaurante de Zagreb, durante la guerra, en 1991. Éramos cinco periodistas de distintos países. Uno que yo no conocía, un suizo llamado Christian, propuso una idea disparatada: ¿por qué no nos alistábamos