Tras la quintaesencia

Jorge Mira Pérez
jorge mira EL MIRADOR DE LA CIENCIA

OPINIÓN

15 jul 2023 . Actualizado a las 22:33 h.

Si pudiésemos marcar dos puntos del espacio extragaláctico (zonas del universo en las que no haya materia) que estuviesen separados por 3,26 millones de años luz, veríamos que se separan a una velocidad de 70 kilómetros por segundo. Y no sería porque se moviese uno con respecto al otro, sino porque el espacio que hay entre ellos se infla. Esta realidad fue propuesta teóricamente en 1927 por Georges Lemaître (un sacerdote católico belga que, en base a ella, tuvo la idea del big bang) a partir del análisis de la teoría de la relatividad de Einstein, y confirmada por Edwin Hubble (el que dio nombre al famoso telescopio) en 1929. En 1998, tres físicos (que llevaron el Nobel en el 2011) descubrieron que esa velocidad de inflado se acelera cada vez más. ¿Por qué? La respuesta es la mayor incógnita de la ciencia actual: una energía desconocida, apellidada oscura, que parece tener un efecto opuesto a la gravedad. Hechas las cuentas, resulta que esa energía oscura supone un 70 % del universo. Dentro de mil años, cuando se cuente la historia de la transición del II al III milenio, se destacará que la humanidad descubrió la existencia del 70 % del universo. 

Es importante saber cómo ha evolucionado esa energía oscura a lo largo del tiempo y, para ello, la Agencia Espacial Europea acaba de lanzar el telescopio espacial Euclides, que observará un tercio del cielo lejano, para saber si el vacío tiene una energía antigravitacional innata o si se debe pensar en esa quintaesencia como la señal de una nueva fuerza fundamental escondida para nosotros hasta ahora.