A vueltas con el cannabis

Elisardo Becoña CATEDRÁTICO DE PSICOLOGÍA CLÍNICA EN LA USC

OPINIÓN

María Pedreda

23 ago 2023 . Actualizado a las 08:44 h.

Estos días es noticia que Alemania quiere legalizar el cannabis para fines recreativos. Esto nos lleva a vernos en el espejo. Estamos ante la droga ilegal más consumida en el mundo. En España la ha probado alguna vez el 41 % de la población; el 29 % de los menores de 14 a 18 años. En Alemania, el consumo es mucho menor. Banalización, problema social, propiedades terapéuticas, consecuencias en la salud, legalización, narcotráfico, delincuencia, negocio, impuestos, son aspectos relacionados con el mismo.

En Alemania, lo que proponen en parte está aquí aprobado. España tiene despenalizado el consumo desde hace décadas. Se puede consumir privadamente, no en vía pública (le multarán). Aunque es ilegal el cultivo, producción y venta, se puede llevar encima, o tener en casa, hasta 100 gramos de marihuana o 25 gramos de hachís, que es la cantidad semanal que se considera para consumo propio (nivel adictivo). Esto daría para hacer 25 a 50 porros de hachís. Fumar cinco a la semana se considera perjudicial.

En Alemania podrán comprar 50 gramo al mes de marihuana en establecimientos regulados y controlados para adultos. Pero nunca podrán tener en casa más de 25 gramos, o cultivar hasta tres plantas. Al tiempo, se harán campañas sobre sus peligros. Las asociaciones de consumidores de cannabis no están de acuerdo. La mayoría de sus socios son adictos. Quieren más. Y, aunque no se dice, muchos quieren vivir de su cultivo y venta.

Otra cuestión es el uso terapéutico del cannabis para ciertas enfermedades. No olvidemos que el uso clínico de las drogas, como la morfina, un derivado del opio que se usa como medicamento, está regulado. Por ello, no se puede proponer fumar marihuana, que es adictiva. Ni cocaína, ni heroína. La sustancia principal de la marihuana, el THC, u otras como la nabilona, existen como fármaco, pero bajo prescripción médica, u otros productos sintetizados que no son adictivos por sí solos (por ejemplo, CBD). España pronto regulará el cannabis medicinal a través de la Agencia Española del Medicamento. Tengamos esto en cuenta para no confundir uso terapéutico con uso recreativo o adictivo.

No olvidemos las consecuencias negativas de fumar cannabis: dependencia, síndrome amotivacional, fracaso escolar, abandono escolar, problemas de salud, trastornos mentales, etcétera. Es ya la segunda droga en demanda de tratamiento en los centros de drogas. Esto no es casualidad. Aumento del consumo = más adictos = más problemas. Esto no se quiere oír, ver ni asumir. En los países en donde se ha liberalizado el consumo han aumentado los accidentes de tráfico, los problemas de salud mental y otras enfermedades. Y se ha mantenido el narcotráfico en el mismo nivel. Utopía y realidad no son lo mismo. Creencias e intereses son distintos. Se obvian los intereses económicos que subyacen a su legalización, con varias multinacionales detrás, o recaudar impuestos de su venta. Luego, que las consecuencias las paguen los afectados y las familias.