Si todos los jóvenes que cada tres frases dicen «en plan» hubiesen votado a Feijoo, ya estaría en plan presidente. Sin embargo, le falló el voto joven, tuvo que ponerse en plan investidura dos días y tendrá que permanecer en plan jefe de la oposición cuatro años. Jóvenes de derechas, izquierdas y transversales usan esa muletilla automática a modo de tic verbal, que acaba sonando como un fondo de reguetón reiterativo, como un ruido que nada aporta a la comunicación. Claro que estas sesiones de investidura tampoco.
Según la RAE, la locución «en plan» es admisible en el registro coloquial del lenguaje común y en la jerga juvenil, aunque recomienda que no se abuse de ella. Que sea admisible no quiere decir que no sea chirriante. Evidencia la falta de léxico entre jóvenes y adultos que intentan parecerlo. Bastantes jóvenes no votan y pocos no usan la locución, pero muchos de los que lo hacen ni saben qué expresa, ni saben el sentido de su voto. Claro que para votar no hace falta hablar bien.
Sin función sintáctica, el latiguillo a menudo solo sirve para ganar tiempo: «Sánchez estará en plan presidenciable un par de meses». Para indicar, colocado delante de adjetivos, una manera de actuar: «En la jornada de reflexión estoy en plan adicto a series y luego voto en plan animalista». Para recordar la vía de comunicación y transcribir una frase de un interlocutor: «Me mandó un wasap en plan molaría que se repitiesen las elecciones». Claro que no significa nada y vale para todo.
Para introducir la cuestión referida: «Algunos negocian con los nacionalistas en plan yo no lo hago». Como metáfora explicada: «En plan Gobierno Frankenstein, es decir, en plan pacto de perdedores». Para ejemplificar: «En plan defensa del castellano, o sea, en plan reconquista desde Castilla». Para dar continuidad al discurso: «Vox en plan sí, pero no, en plan sí para los Gobiernos autonómicos, en plan no para el Gobierno central». Como locución adverbial de modo: «Fracasó en plan candidato, aunque triunfó en plan agitador de masas». Como previsión aproximada: «En plan ahora no, pero en plan cuatro años a lo mejor sí». Claro que, si la cosa no va bien en plan investidura, se cambia el plan.