
Kit digital, la chapuza
La idea de la ministra de Transformación Digital, Nadia Calviño, era que empresas y autónomos pudieran acceder a las ayudas del kit digital contratando los servicios de otras empresas y autónomos que (ojo) tendrían que estar capacitados para ofrecer servicios digitales, tales como diseño web y e-commerce, gestión de redes sociales, e-mail, márketing, ciberseguridad, CRM, facturación electrónica... Y recalco lo de «capacitados», porque resulta que grandes y conocidas empresas de telefonía (piensa en alguna y acertarás), grandes cadenas de hipermercados e incluso empresas públicas que llevan cartas y paquetes a tu casa... se están haciendo de oro ofreciendo el kit digital.
¿Pueden ofrecerlo según las bases de las ayudas? No, porque no ofrecen los servicios que contemplan las bases reguladoras.
¿Lo están ofreciendo? Sí. Entonces, ¿cómo lo hacen? A través de intermediarios. Hecha la ley, hecha la trampa. ¿Está el Gobierno poniendo coto a esto? Pues...
De esta forma, con el poder y la capacidad económica que estas empresas tienen para invertir en publicidad y estrategias de márketing, ¿quién crees que se va a llevar la mayor parte del pastel?
Analicemos los requisitos para poder formar parte de la merienda. Para poder ofrecer servicios a través del kit digital como «agente digitalizador» —así les han llamado a los proveedores de servicios—, hay que cumplir unos requisitos, entre los que figura haber tenido una facturación mínima el año anterior a la solicitud, algo que miles de autónomos no cumplen, por lo que de un plumazo han dejado fuera a infinidad de profesionales que necesitarían acceder al kit más que nadie. Sin embargo, no se ha puesto ninguna limitación para que grandes empresas, incluso del Ibex-35, que no pueden estar ofreciendo estos servicios, revienten el mercado. Por si fuera poco, los pequeños autónomos «afortunados» que están consiguiendo carga de trabajo, se ahogan en un mar de trámites, justificaciones y burocracia que puede que los lleven a la ruina. Los agentes digitalizadores deben esperar a que se aprueben sus trabajos de manera subjetiva y esperar también para cobrarlos. Ya no solo es un esperpento que tengan que esperar para cobrar, sino que los plazos establecidos no se están cumpliendo por parte de la Administración. De hecho, hay agentes que llevan ya un año esperando a cobrar sus trabajos.
¿Quién va a compensar a estos empresarios? Nadie. Así, cientos de agentes están con el agua al cuello porque han tenido que contratar empleados debido al aluvión de trabajo y gestiones administrativas, pago de nóminas y nuevos gastos generados. No saben cuándo recuperarán esa inversión, si es que la recuperan. Con este panorama, en muchísimos de los casos, los que no han conseguido ser agentes se han quedado sin clientes, porque se los están llevando todos los que figuran dentro del kit. Y los que sí han conseguido serlo, están al borde de la quiebra. Viendo lo mal que lo están pasando compañeros míos que están metidos en este berenjenal o sufriendo las consecuencias de no poder acceder (no sé qué será peor), espero que esto del kit digital termine cuanto antes y no vuelva nunca más. ¡Menuda chapuza! Eduardo Rubianes. A Coruña.
Políticos y ciudadanía
Desde un tiempo a esta parte, cada vez vemos con mayor precisión el gran distanciamiento existente entre los intereses de los políticos y los de la ciudadanía a la que dicen representar. Hasta el punto de que al mismísimo presidente del Gobierno, no le duelen prendas en engañar a sus votantes, al prometer que nunca negociaría con los independentistas y traería a Puigdemont, al objeto de pagar por los delitos cometidos en el fallido golpe de Estado del 2017, para hacer, después de las elecciones, lo contrario. Por este motivo la plataforma Sociedad Civil Catalana se ha echado a la calle con el apoyo de un gran número de españoles constitucionalistas, que, viendo cómo los pilares de la democracia (libertad y unidad nacional) están en peligro, no han dudado en manifestar su desacuerdo con un grito alto y claro en contra de la amnistía. Porque, señores Aragonès y Salvador Illa, esta manifestación no es cuestión de reivindicaciones políticas del PP o Vox, sino de una concentración ciudadana, a la que se han unido de manera anónima un gran número de españoles, conscientes del gran peligro que corre la unidad y estabilidad del país, y en la que han participado también, muchos militantes y simpatizantes del auténtico PSOE, que se han visto burlados por el actual presidente del partido, señor Sánchez. Adolfo Costas Gascón. Pontevedra.