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El Tribunal Supremo confirma una rebaja de cuatro años en la pena de prisión a un hombre que violó en dos ocasiones a una joven madrileña y la dejó embarazada durante los años 2008 y 2009. Pese a ser condenado a 15 años de reclusión, y no estar prevista su excarcelación hasta el próximo año, con la supuestamente progresista ley del «solo sí es sí» se ha ordenado su inmediata excarcelación. Donde la ley quiso, dijo, y pese a ello la ministra de Igualdad en funciones, Irene Montero, sigue echando la culpa de que a tanto agresor sexual le sea rebajada la pena, o sea excarcelado, al para ella rancio y troglodita cuerpo de magistrados españoles. Estos togados se limitan a aplicar la ley, pero eso a la autora de la misma parece importarle más bien poco.
Como jurista y como ciudadano considero esta ley la mayor aberración jurídica jamás cometida en España. Quizá en breve tenga que desdecirme y afirmar que comparte primer puesto, caso de salir adelante, con el tema de la amnistía, pero, hasta hoy, esta es la mayor. Y como no hay dos sin tres, el excarcelado volverá a violar, siempre lo hacen, y la todavía ministra seguirá erre que erre con que la culpa es de los jueces carcas. Algunos son tan soberbios que no saben reconocer sus errores.