Estrategas de «palleiro»

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

Juan Carlos Hidalgo | EFE

22 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Ahora que, según parece, Núñez Feijoo está planificando profundos cambios en el equipo directivo del PP, estará prestando especial atención a quiénes entrega la estrategia del partido. Porque resulta difícil de entender, e imposible de explicar, algunas de las estrategias de los últimos tiempos. Recordemos solo la táctica de la recta final de la campaña del 23-J, o la de la fracasada investidura. Y añadamos ahora la ventana que le abrieron al mundo y la tribuna de lujo que le ofrecieron al president Pere Aragonés, en el Senado. Que es lo que precisaba.

Por acorralar al Gobierno de Pedro Sánchez y a los que negocian su investidura, los populares dieron un balón de oxígeno al catalán. Forzaron una sesión en la Comisión General de las Comunidades Autónomas para abordar, sin que se conozca aún el borrador de la ley ni ningún aspecto de la tan manida amnistía, en el caso de que se apruebe algún día. La ausencia del Gobierno, de Íñigo Urkullu y de los presidentes socialistas chafó la estrategia popular y convirtió al independentista Aragonés en el protagonista único de la sesión.

Necesitaba el president un acto de estas características para tener visibilidad. Una ocasión de oro que no desaprovechó para cantar las bonanzas del independentismo. Y adquirir el protagonismo que le está restando la negociación de la investidura, capitalizada por Junts y el huido a Waterloo. Estaba Aragonés necesitado de sacar la cabeza y los populares le ofrecieron la oportunidad de hacerlo. Se lo pusieron en bandeja.

Por eso, ni tan siquiera empleó los diez minutos que le correspondían. Dijo, precipitadamente lo que tenía que decir, que «la amnistía es el punto de partida» porque «el destino es votar la independencia». Lo clásico del independentismo. Reprochó al PP que le convocara a un debate para escuchar muchas voces, pero todas en contra de la amnistía, en lugar de para debatir los problemas que realmente afectan a los catalanes. Y se refirió a la falta de inversiones y la deficiente financiación autonómica. Con la idea de España nos roba regresó a su Cataluña, dejando a los reunidos en la Cámara Alta con la palabra en la boca. Nunca mejor dicho. Ni tan siquiera quiso escuchar lo de «Cataluña no es más importante que las demás», que tampoco le hubiera venido mal, aunque le importara bien poco.

No parece estar el PP en disposición de desperdiciar tiempo y oportunidades. Porque fallando en sus estrategias ayuda a sus rivales y se desacredita a sí mismo. «La estrategia es averiguar qué no hacer», dijo Steve Jobs, que de ellas sabía un montón. Y lo que no deben hacer los populares es seguir las indicaciones y dejarse llevar por estrategas de palleiro. Porque lo están llevando por el camino equivocado.