Se puede decir que Javier Milei es un auténtico outsider de la política. Y desde el pasado 19 de noviembre se ha convertido en el presidente electo de Argentina. Su triunfo ha sido incontestable. Logró la victoria en la contienda electoral contra el peronista Sergio Massa, ministro de Economía del Gobierno saliente, con una diferencia de 12 puntos de distancia. El nuevo presidente argentino es poco conocido a este lado del Atlántico, más allá de los prefijos hiperbolizados añadidos al término «liberal» por el cual es conocido. Para comprender su figura y lo que se puede esperar de su Gobierno en los próximos cuatro años se deben dar respuestas a tres preguntas.
¿Quién es Javier Milei? Milei es un economista liberal-libertario. En varias ocasiones se ha referido al término liberalismo duro y puro como única manera de combatir al socialismo duro. Para el próximo presidente de Argentina, este liberalismo se basa en el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, en la propiedad privada, en los mercados libres, en la poca intervención del Estado, en la división del trabajo, en la cooperación social donde el ahorro es premiado y se aprecia el esfuerzo del trabajo. En definitiva, un amante del capitalismo de libre mercado.
¿Por qué ha ganado Milei? Dos son las claves que explican el éxito de Milei. En primer lugar, la miseria económica de Argentina provocada por el peronismo a lo largo de las últimas ocho décadas. A comienzos del siglo XX, Argentina era una de las naciones más ricas del mundo. Actualmente, la pobreza alcanza a más del 40 % de la población. Además, los precios han subido este año en un 142,7 %. La laxitud monetaria, el intervencionismo estatal, el gasto público excesivo sin control, una gran debilidad de las instituciones y del respeto de la propiedad privada explican su decadencia.
Pero no solo el empobrecimiento generalizado puede explicar la victoria de Milei. Los argentinos llevan décadas sufriendo el deterioro de la economía de su país. El éxito de Milei podría recordar al de Pablo Iglesias en España. Coinciden en el diagnóstico, con una visión en la que se culpabiliza de los problemas a la casta política. Además, la forma que tiene de comunicarse es altamente atractiva. Se inició en las tertulias de televisión hace unos años, ganando cada vez mayor presencia. Esto le animó a fundar su propia plataforma electoral —La Libertad Avanza—, a través de la cual logró convertirse en diputado nacional en el 2021. Ahora es el presidente más votado de la historia de Argentina, al cosechar 14,4 millones de votos.
¿Qué se puede esperar de su mandato? Su programa de gobierno se basa en la eliminación y bajada de impuestos, la reducción del tamaño del Estado a través de la disminución del gasto público improductivo, la liberalización comercial y la desregulación de la economía argentina. Además, para combatir la inflación, Milei ha propuesto la famosa dolarización.
Sin embargo, la gran fuerza electoral cosechada por Milei contrasta con su debilidad en el poder legislativo. Con tan solo el 15 % de los diputados y el 10 % de los senadores, el próximo presidente de Argentina dependerá de los diputados del partido de la derecha conservadora (PRO). El apoyo de la candidata de Macri, Patricia Bullrich, ha sido clave en el triunfo de Milei, y también lo será en la gobernabilidad de Argentina durante los próximos cuatro años.
En definitiva, Milei supone un soplo de aire fresco para la política argentina. Un outsider que ha cosechado un gran apoyo popular gracias a la promesa de transformar la economía del país y devolverla al lugar del que el peronismo la sacó. Aunque dependerá de otras formaciones para sacar sus propuestas adelante, seguramente escuchemos en más de una ocasión la frase más celebre de Javier Milei: «¡Viva la libertad, carajo!».