Diástasis de rectos: cómo recuperar los abdominales tras el embarazo

Javier Valero Gasalla CIRUJANO PLÁSTICO

OPINIÓN

Pedreda

09 dic 2023 . Actualizado a las 10:11 h.

¿Cuántos de nosotros no querríamos, sin esfuerzo, alcanzar la infinita belleza del David de Miguel Ángel? Pero alcanzarla no es tarea fácil, está lejos de las posibilidades de muchos de nosotros. Genética, alimentación y entrenamiento son necesarios para lograrlo y es que lo que vemos en la superficie está determinado por el esqueleto, por la musculatura, por la grasa y por la piel.

El abdomen femenino, en su pared anterior, se caracteriza desde el punto de vista estético por los músculos rectos anteriores y oblicuos externos que determinan la aparición de la línea alba, ese hundimiento que desde el esternón desciende hasta el ombligo, y las líneas semilunares ligeramente curvas que marcan los laterales de los músculos rectos desde las regiones costales hasta el área suprapúbica. Los músculos rectos con sus intersecciones tendinosas son los que determinan la aparición de la conocida como «tableta de chocolate» y ambos lados forman la pared los oblicuos externos.

Mucho esfuerzo, preciso para lograr este ideal estético, se puede perder con el embarazo. Y es que en el tercer trimestre del embarazo es fisiológica la diástasis de los rectos anteriores, que se caracteriza por una separación entre los bordes mediales de los rectos de dos o más centímetros. Dos de cada tres mujeres volverán a la normalidad en el año siguiente, pero el tercio restante no lo harán, y entre ellas muchas no estarán satisfechas con su aspecto estético ni con las molestias, por ejemplo digestivas o urinarias, que pueden asociarse a la diástasis.

La diástasis no es exclusivamente un proceso derivado del embarazo. Con mucha menor frecuencia, varones en edades medias, con sobrepeso, también la pueden sufrir.

Puedo asegurarles que, por sí misma, la diástasis no supone ningún riesgo vital y, por tanto, no actuar es perfectamente razonable; pero muchas personas desearán recuperar o mejorar su aspecto previo y eliminar las posibles molestias.

Para ello disponen de medios no invasivos tales como la fisioterapia y, si no fuese suficiente y tras un período de un año desde el embarazo, la cirugía puede solucionar su problema.

En la mayoría de los casos existe un exceso cutáneo y la intervención indicada es la abdominoplastia, durante la cual se elimina el exceso de piel y se suturan entre sí los rectos, eliminando la diástasis.

Si no existe exceso cutáneo, una cirugía endoscópica puede ser la solución más acertada.

Sea cual sea la elección, compruebe el diagnóstico, asegúrese de ser tratada por un buen profesional y si su estado de salud no es bueno, no arriesgue, ni siquiera la belleza del David vale una vida.