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Ante la llegada del invierno, hay numerosos virus (gripe, rinovirus, virus respiratorio sincitial, adenovirus…) que, junto al SARS-CoV-2, van a infectar a numerosas personas, muchas de ellas vulnerables, y que pueden enfermar de forma grave o fallecer. Ante esto, ¿qué podemos hacer? La mejor medicina es la preventiva, siendo las vacunas una de las medidas que más vidas salvan junto con la higiene, el tratamiento del agua y el control de los alimentos.
La ciencia ha evolucionado gracias al método científico. La ciencia para ir avanzando en su conocimiento se basa en observación, plantear una pregunta o hipótesis, experimentación, análisis de resultados y publicación de estos. La ciencia está llena de fracasos, pero también de éxitos, y la vacunación es uno de ellos.
Hoy sabemos cómo protegernos de determinados microbios, como los virus, bacterias o parásitos, con las vacunas. Hemos aprendido que podemos activar nuestro sistema inmunitario de forma muy específica de forma inocua, para estar preparados cuando llegue el microbio en cuestión. Las vacunas frente a la polio, difteria, tétanos, meningitis y demás, previenen de desarrollar enfermedades graves y evitar las secuelas que dichas enfermedades producen. Evitan hospitalizaciones y fallecimientos. La vacunación frente a un agente infeccioso es uno de los procedimientos médicos más baratos y con mejor coste-eficacia que existen.
Estamos en plena campaña de vacunación y aún hay indecisos. Tenemos un arma muy poderosa que puede proteger a los más vulnerables (personas mayores, con enfermedades crónicas, inmunodeprimidos, embarazadas) de gripe y covid. Solamente en el caso de haber pasado el covid en los últimos entre tres y cinco meses, no sería necesario que se pusieran esta vacuna.
La vacuna de la gripe ha demostrado no solo reducir gripe y neumonías posteriores, sino también los infartos de miocardio y su gravedad (publicado en la revista Heart en el 2022), y también los infartos cerebrales o ictus (publicado en la revista Neurology, estudiando a más de 85.000 personas).
Dado que estos dos virus van mutando y cambiando, también lo hacen las vacunas, para ir adaptándose lo máximo posible al virus circulante. Este año tenemos una vacuna de gripe frente a cuatro cepas, y una nueva para el covid frente a un linaje mixto de ómicron.
Hay buenas noticias para el virus respiratorio sincitial, el que produce bronquiolitis sobre todo en niños pequeños. Se han aprobado vacunas para personas mayores (más de 60 años con patologías) y embarazadas (que ayudan a proteger a su bebé en los primeros meses de vida), y un anticuerpo monoclonal de larga duración que logra proteger de la infección de este virus a bebés menores de seis meses y niños pequeños de alto riesgo.
Gracias a la ciencia, muchos de nosotros estamos vivos y se ha incrementado la esperanza de vida. Es muy importante contrastar y analizar de forma cuidadosa las fuentes de información, para evitar bulos, fraudes y falsedades sobre las vacunas, que tanto daño pueden hacer a los ciudadanos.
Recordad, por favor, el lema de médicos sin frontera: «Hay algo que da más miedo que las vacunas, no tenerlas».