Seguramente esta lectura les coja en mitad de la redacción de la carta a los Reyes Magos de Oriente, que sin duda pueden hacer realidad todos aquellos deseos que han acumulado en los últimos 12 meses.
Además del fin de las crisis humanitarias, o de pedir buena salud, quizás alguno de ustedes incluya en la lista ese viaje soñado o tal vez ese televisor que pide a gritos presidir el salón. También puede que más de uno incluya en esta ocasión unas zapatillas nuevas para salir a correr, o esa raqueta más ligera para echar un partido los sábados. Y es que los comienzos de año siempre vienen cargados no solo de ilusiones, sino también de buenos propósitos, y puede que de algún que otro reto personal. Pero de nada sirve que los de Oriente cumplan nuestros deseos materiales, si al final los tenis siguen en junio intactos en su caja, o no marcamos fecha para ese partido. Y es que disponer de unos buenos medios para llevar a cabo ese cambio de estilo de vida no son suficientes si ustedes no tienen la determinación clara de querer hacerlo.
Lo mismo ocurre con dejar de fumar. Es cierto que este año los Reyes nos han traído, a los que ayudamos a otros a poder liberarse del tabaco, un regalo en forma de financiación del tratamiento farmacológico para dejar de fumar. Y es que los de Oriente también están al tanto, no solo de que fumar tabaco o sus nuevos productos mata, sino de que financiar el tratamiento aumenta las probabilidades de que los fumadores se decidan a hacer un intento serio para abandonar definitivamente el tabaco.
Los medicamentos para dejar de fumar que se encuentran financiados y disponibles a día de hoy en nuestras boticas, Todacitan y Recigarum, son seguros y además son eficaces, pero no son milagrosos, no les voy a engañar. Todavía no disponemos de la fórmula mágica de Coca-Cola, pero sí que ya reposa en nuestro poder la receta para dejar definitivamente de fumar: querer hacer un intento serio de abandono del tabaco, disponer de un medicamento indicado para ello y la ayuda de un profesional sanitario formado en tabaquismo que acompañe al fumador en todo el proceso. Esa es nuestra fórmula mágica respaldada por la ciencia.
Así que, si este año, entre sus propósitos se encuentra aumentar su calidad de vida, mejorar su salud y la de los que le rodean, e incluso alargar su presencia en este planeta, pídale a Baltasar no solo la pastilla milagrosa para dejar de fumar, sino también las ganas para hacerlo, y la ayuda de su farmacéutico u otro profesional sanitario para conseguir liberarse, de una vez por todas, del maldito tabaco.
Noa Rey Torres es farmacéutica y secretaria del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo