La indignación va en aumento a medida que se escucha a los líderes del procés hablar de los jueces con esa insultante falta de respeto. La guinda la pone, como casi siempre, el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián. Sin pudor alguno, presume de quitar «el juguete» de la sedición a «los jueces fascistas». Dos matizaciones. El delito de sedición que recogían hasta la reforma de la Ley Orgánica 14/2022 los artículos 544 a 549 del Código Penal no era obra de los jueces a quien tanto desprecia Rufián. Fueron los miembros de un poder legislativo anterior al que pertenece el político catalán quienes lo legislaron y lo introdujeron en el citado texto legal. Oyéndolo parece que los artículos que recogían la sedición salieron de una reunión de cafetería de varios miembros del Consejo General del Poder Judicial. Y, por otra parte, cómo se atreve a llamar fascistas a unos funcionarios cuya misión es exclusivamente interpretar las leyes que elaboran otros.
Dejen trabajar en paz a los togados y ustedes, señores diputados, si eso es lo que quieren, sigan dando ese espectáculo bochornoso día sí y día también en el hemiciclo.