Muchas veces, casi siempre, el ruido en las redes tiene poco que ver con la realidad. Como contraste, la encuesta del CIS. Ofrece datos interesantes, más allá de la estimación de voto.
El primero es una pequeña gran contradicción. La mayoría de los encuestados, un 65 %, dice que su situación económica personal es «buena o muy buena», pero si les preguntas por la de España, el panorama cambia: seis de cada diez dicen que «es mala o muy mala». Este fenómeno también afecta a otros países y ha llamado la atención de figuras como el nobel Paul Krugman. ¿Paradoja? ¿Hipocresía? No tiene respuesta fácil.
Segundo dato curioso. Si nos fiamos del instituto de Tezanos -y del debate ausente de las barras de los bares- la amnistía preocupa muy poco a los españoles. Les quitan más el sueño los problemas económicos, la sanidad o la vivienda que la suerte de los encausados por el procés.
Tercero. En la pregunta, con respuesta espontánea, de quién es el preferido para ser presidente, gana Sánchez a Feijoo y destaca una política autonómica, Ayuso, casi a la par que Abascal. La madrileña del «me gusta la fruta» (y la tortilla de la Penela de A Coruña) se gana esa plaza día a día, vinculando de forma irresponsable inmigración y delincuencia, con provocaciones de manual como «la gente prefiere no trabajar».